Muy cerca de aquí partió Colón para descubrir un nuevo mundo. También muy próximo está el Rocío, donde se hace la romería más concurrida y atractiva del mundo. Pero lo que de verdad está cerca, muy cerca, de Golf Dunas de Doñana es el famoso parque natural que presta su nombre a este campo de golf único. Sus calles limitan con esta zona protegida, donde reinan la naturaleza y una fauna únicas en Europa.

Este campo de golf está ubicado ciertamente en una zona privilegiada. A poco menos de una hora de Sevilla y a menos de cincuenta metros de la mayor playa virgen del mundo: decenas y decenas de kilómetros que se adentran en el Coto de Doñana y otros muchos más que van en dirección a Huelva. Una playa siempre bordeada de dunas naturales y una vegetación que impresiona por su belleza. La arena blanca y el azul trasparente del mar son inigualables aquí.

Jugar este campo es casi como pasear por el parque natural. Los hoyos 4 y 13 limitan con el Coto. Es habitual ver venados y otros animales entre golpe y golpe.

Por estar tan próximo al parque, en la construcción de este campo se emplearon técnicas no agresivas y experimentales que lo convirtieron en un recorrido plenamente ecológico. Matalascañas, el municipio que acoge a Dunas de Doñana, se sitúa en el vértice imaginario de la comarca de Doñana, que incluye pueblos como Bollullos, zona de uno de los mejores vinos de España, Almonte, El Rocío, Mazagón, Punta Umbría, etc. Además de los atractivos naturales de la comarca, la gastronomía aquí es punto y aparte: los mejores pescados, los mejores mariscos (quién no ha oído hablar de la gamba blanca de Huelva), el mejor jamón...

Ahora el Ayuntamiento va a adquirir Golf Dunas de Doñana para garantizar la continuidad de este campo y ofrecer una alternativa turística más a esta comarca ciertamente atrayente y plena de posibilidades.

En esta ocasión me acompañó en la ronda el profesional del campo, Rafael Barrero Multo, que me sería de gran ayuda por el gran conocimiento y dominio que tiene sobre este recorrido situado en los aledaños del Parque de Doñana.

“Éste es un campo que hay que tomarse en serio y jugarlo con cabeza. Sobre todo requiere situar la bola en calle siempre”, asegura. Son calles en ocasiones estrechas, con un rough muy tupido y mucha vegetación lateral. Si de salida se coloca bien la bola, los tiros a green no son tan complicados. No hay muchos bunkers y lo greenes son amplios y con las caídas justas. Se patea muy bien.

Estamos en un campo que por su proximidad al mar y por la influencia que los vientos ejercen sobre él podría considerarse de tipo link. La vegetación que cubre el campo y delimita las calles está compuesta fundamentalmente por sabinas, una especie de pino bajo.

El agua influye bastante en algunos hoyos, sobre todo en el entorno del hoyo 4, el 5, el 8 y la salida del 11, donde confluyen varios lagos. Además hay otros dos que no entran tanto en juego, como el del 18.

Es un campo fácil de caminar, apenas hay desniveles. La mayoría de los tees de salida están un poco elevados, lo que proporciona una buena visibilidad para el golpe de salida, aunque, eso sí, casi siempre con una caída para el primer golpe muy delimitada por las sabinas. Perder calle pocas veces permite la recuperación.

El hoyo 1 es un par 4 de 338 metros (siempre hablaremos desde barras amarillas) con un ligero dogleg a la derecha- Si se le quiere sacar provecho a este hoyo, hay que jugarlo sobre una zona de arboleda, que es donde te la ’juegas’, pero si pasas las sabinas –y es algo accesible–, el segundo tiro no es muy complicado. El green es muy amplio, con bunkers a izquierda y derecha, pero de fácil entrada.

El 2, otro par 4, de 306 metros, tiene una calle muy estrecha, y donde más se estrecha es precisamente en el punto al que se quiere ir. Lo mejor es utilizar de salida una madera 3. Pese a ser un hoyo corto, si se pierde la calle, un doble bogey puede ser hasta un buen resultado.

El 3 es un par 4 de 310 metros con un dogleg a la derecha de noventa grados prácticamente. Si se tiene pegada, se puede intentar sobrevolar un lago y dejar un golpe muy corto. Si no es así, mejor jugar un híbrido y dejar la bola 130 o 140 metros.

El 4 es el primer par 5 del campo, mide 493 metros y es el handicap 1 del recorrido. La dificultad de este hoyo radica en cómo se plantee. Si se es capaz de guardar el driver en la salida, porque hay fuera de límites por la izquierda, y te limitas a una madera 3 y no arriesgas, puede haber opciones de birdie. El green está muy protegido por un lago que prácticamente lo rodea.

El 5, par 3 de 165 metros, es posiblemente el hoyo más atractivo del campo. El green está en una isla. Por tanto, estás sobre él o hundido en el agua.

El 6 es un par 5 de 438 metros y quizá el hoyo menos complicado del recorrido. La calle es muy amplia y prácticamente la única que te permite un margen de error, porque por la derecha está la calle del 4, desde donde se puede jugar. Eso sí: fallar por la izquierda es una mala opción. Las sabinas y el monte bajo te harán la vida imposible.

El 7, par 4 de 353 metros, presenta un ligero dogleg a la izquierda, con una caída de driver muy estrecha. Si no se llega a coronar una pequeña elevación, no se tiene una buena visualización del green. No es un golpe ciego del todo, pero casi.

El 8, par 3 de 156 metros, cuenta con un green prácticamente rodeado de agua por todas partes menos por el frente. Si la bandera está la fondo y se tira a ella, hay muy poco margen por detrás.

El 9, par 4 de 399 metros, es un hoyo bastante complicado. No en vano, es el handicap 3 del recorrido. Es largo y además los vientos casi siempre son en contra, lo que aleja aún más el green. La calle es amplísima. Se debe pegar un driver sin problemas, pero la entrada a green tiene fuera de límites por detrás y a la derecha.

El 10, par 4 de 311 metros, para compensar, es un hoyo fácil. El único problema estriba en el fuera de límites por la derecha. La calle es ancha, pero el green presenta tres plataformas, prácticamente el único que tiene tanto movimiento.

El 11, par 4 de 347 metros, es todo agua por la izquierda y un fuera de límites no muy próximo, eso sí, por la derecha por lo que que hay asegurar mucho el golpe de salida. El green está muy bien protegido por bunkers a la izquierda y a la derecha.

El 12 es otro par 3, de 162 metros, con un green muy custodiado por bunkers a la derecha. A la izquierda hay fuera de límites.

El 13, par 5 de 493 metros, ofrece un calle amplia y recta, con sólo fuera de límites por la izquierda. Es el handicap 2, sobre todo porque el green está semirodeado de agua, por la derecha y por detrás.

El 14, par 4 de 326 metros, es un hoyo muy técnico. En el golpe de salida es aconsejable utilizar un hierro o un híbrido para coger calle. Se trata de un hoyo corto y, si se intenta coger distancia, se puede cruzar la calle e incluso perder la bola, porque hace un ligero dogleg a la izquierda.

En el 15, par 4 de 338 metros, si se quiere acortar camino hay que dar un golpe de salida casi ciego porque la calle gira un poco a la derecha. Los que conocen el hoyo saben que se puede tirar sobre un pino que hay de referencia y que la bola quedará perfectamente situada. Si no se sigue este camino, el hoyo puede hacerse muy largo.

El 16, par 3 de 158 metros, es un hoyo complicado, aunque esté señalado con el handicap 12 del campo. Fuera de límites por la derecha a apenas cinco metros del green y también por la izquierda. O se coge green o estás perdido.

El 17, par 4 de 293 golpes, es un hoyo muy bonito, con la salida en alto, lo que permite ver toda la calle. Con un buen drive de salida, no hay más complicaciones.

Para acabar, el 18 par 5 de 489 metros, nos ofrece la calle más amplia del campo. Es un buen final para un recorrido en el que se tiene la sensación de haber estado en un santuario de la naturaleza.