Diseñado por el mítico arquitecto norteamericano Robert Trent Jones, Marbella Golf & Country Club abrió sus puertas en 1989.

Trent Jones había hecho sus primeros bocetos y planos del recorrido más de veinte años antes, en el 73, aunque el campo tardaría dos décadas en concretarse. En la Costa del Sol, el estadounidense estampó su firma en los más prestigiosos campos del área: Valderrama, Real Club de Golf de Sotogrande, Mijas Golf, Las Brisas...

En el Marbella Golf se encontró con un terreno claramente diferenciado que prácticamente lo divide en dos. Los seis hoyos que discurren al norte de la autopista son mucho más abruptos, podría decirse de montaña, con mucho movimiento y árboles. Al sur de la autopista, sin embargo, el movimiento es más suave: los hoyos están más cerca del mar y es en esa zona donde se encuentra la mayoría de los lagos que proporcionan a esta campo, además de agua para el riego, estética y un reto añadido al juego.

Éste es un campo relativamente corto, no llega a los 6.000 metros, pero en absoluto fácil. Los primeros seis hoyos, en la zona más montañosa, son realmente complicados, muy técnicos, por la orografía, la arboleda y el propio diseño. Mejor dejar el driver en la bolsa en esa parte del recorrido y utilizar madera 3 o un hierro largo. La segunda vuelta es mucho más abierta y aquí sí se pueden utilizar todos los palos de la bolsa. Las vistas sobre el mar y la montaña son espectaculares.

Desde que se inauguró, este campo había tenido algunas transformaciones, pero ninguna reforma había sido tan profunda como la realizada en 2009: se hicieron cuatro hoyos totalmente nuevos, los actuales 9, 10, 11 y 12, y se han modificaron y cambiaron de posición algunos tees y greenes. Craig Cooke, un hombre que trabajó con Robert Trent Jones Senior, fue el artífice de esta espectacular remodelación, contando con la ayuda y colaboración de David Steele, entonces director del campo, y Cabell B. Robinson, otro gran diseñador y alumno también del gran arquitecto norteamericano.

Se eliminaron los hoyos 7, 8, 9 y 10 del anterior recorrido. Se cambió el green del 17 y la posición del tee del 18.

A pesar de estar muy próximo al casco urbano de Marbella no había vuelto a jugar este campo desde los años 90. Algo absolutamente imperdonable porque, como redescubriría poco después, éste es uno de los recorridos más espectaculares y atrayentes del sur de España. Todo un reto –creo que ya lo he señalado– que no deja indiferente a nadie.

Tuve la suerte de que me acompañase en la ronda el que fue director del campo, un profesional que compitió en el Circuito Europeo y que lleva en la Costa del Sol casi veinte años. David ha protagonizado algunos hechos históricos en el golf andaluz, como el intento de batir un record, que a punto estuvo de conseguir, el de ser la persona que ha conseguido jugar más hoyos seguidos en 24 horas. Esa apuesta se hizo, como no podía ser menos, en un campo iluminado, La Dama de Noche, que permite un juego ininterrumpido.

Fue en junio de 2003 y Steele consiguió completar 774 hoyos seguidos, acabándolos, por supuesto, y 43 recorridos de 18 hoyos. Llegó a finalizar hoyos en menos de dos minutos sirviéndose de un bogey adaptado para lograr más velocidad.

El intento de batir ese record mundial se hizo a beneficio de la lucha contra el cáncer y como homenaje a Jeff Kelly, uno de los editores de Andalucía Golf, que había fallecido poco antes por esa dura enfermedad.

Con aquella gesta en mi memoria, me encaminé con David Steele al tee del primer hoyo del campo que dirige desde hace unos pocos meses.

El primer hoyo del Marbella Golf, un par 4 de 259 metros desde barras amarillas, es el comienzo del reto repetidamente señalado.

Situado a la derecha del campo de prácticas, con out of bound para esa zona, lo mejor aquí es no arriesgar y salir con hierro. El segundo golpe será un approach a un pequeño green en alto y muy protegido por bunkers. Un comienzo nada fácil.

El segundo hoyo, un par 5 de 445 metros, hace dogleg a la izquierda. El segundo golpe, bastante largo, tiene bunkers a la izquierda y una calle no muy ancha en esa zona. El green sigue estando un poco en alto, con defensas por la derecha, y bastante movimiento.

El hoyo 3 es un precioso par 3 corto de 120 metros con el tee en alto y un pequeño lago delante del green, prácticamente rodeado de bunkers, además.

El 4, otro par 4 corto, de 251 metros, es posiblemente el más complicado del campo. Es peligroso, con muchos árboles a derecha e izquierda, bunkers en el centro de la calle y un green con un acceso complicado. Si el segundo golpe no está en el green, los problemas se multiplican.

El hoyo 5, par 4 de 315 metros, es uno del los muchos bonitos que tiene este campo. El tee está en alto y hay que asegurar la salida porque a derecha e izquierda de la calle nos acecha el peligro del rough alto.

El 6, par 5 de 446 metros y handicap 1, es considerado el signature del campo. Este hoyo es el Marbella Golf.

La calle está atravesada dos veces por un mismo río que discurre también por la derecha y la izquierda. Hay también un lago frente al green. El driver hay que dejarlo justo antes del primer cruce del río. Después, el segundo golpe, casi necesariamente, debe dirigirse a una especie de isla que hay delimitada por el río, porque ir a green es bastante osado. El tercer golpe tampoco es fácil, a un green pequeño protegido por un lago y abundancia de rough en su parte posterior.

El 7 del nuevo recorrido era el antiguo hoyo 11. Es un par 4 de 341 metros. La salida debe dirigirse a la izquierda, a una calle muy delimitada por árboles. El segundo golpe, un poco largo, hay que dirigirlo hacia un green en alto con un gran bunker delante.

El hoyo 8, que antes era el 12, es un par 4 largo, de 383 metros. El tee está  sobre una colina, y el green, totalmente reformado, está muy abajo. Aquí se puede pegar un driver con ganas en dirección al mar teniendo enfrente media Costa del Sol y, en un día claro, unas espléndidas vistas de Gibraltar y el Norte de África. El segundo tiro a green, aunque un poco largo, no ofrece demasiadas complicaciones.

El 9, par 3 de 150 metros, es totalmente nuevo, como los tres siguientes de este recorrido de Marbella Golf tan transformado. El green, al que se llega desde un tee elevado, está frente a la casa club.

El 10, par 4 de 330 metros, hace un ligero dogleg a la izquierda. El segundo golpe a un green muy pequeño y protegido por bunkers requiere mucha precisión. No es un hoyo fácil.

El 11 es otro par 3 de 150 metros. El green tiene un gran movimiento de derecha a izquierda y está muy protegido por tres bunkers.

El 12 podría ser considerado como otro signature hole de este campo. Es un par 4 muy largo, de más de 400 metros. El tee se encuentra junto a un viejo cortijo que había en medio del campo, en una zona elevada. El driver hay que dirigirlo a una plataforma no muy grande, y el segundo golpe debe sobrevolar un río que cruza la calle y un lago grande a la izquierda del green. Posiblemente éste se convierta en el handicap 1 o 2 del nuevo campo.

El 13, par 5 de 455 metros, cuenta con un gran lago a la izquierda de la calle que la delimita en gran parte. A la caída de driver nos espera un bunker a la derecha, en un a zona donde el fairway se estrecha mucho. Quizá sea mejor, por tanto, utilizar madera 3 de salida. Para el segundo golpe hay que tener muy en cuenta el lago de la izquierda de la calle y la abundancia de árboles por la derecha. El tercer golpe a green debe ser también de precisión porque está el agua a la izquierda y bunkers a la derecha.

El 14, par 4 de 338 metros, es, para compensar, un hoyo más fácil. Hay un olivo en el centro de la calle, a unos 230 metros, que nos puede complicar la salida. Cuenta también con un gran lago a la derecha y un río que atraviesa la calle. El segundo golpe hay que dirigirlo a un green en alto con mucho movimiento, con fuera de límites por detrás y a la izquierda.

El 15, par 4 de 333 metros, es un dogleg a la derecha, donde además hay otro lago. Para el segundo golpe hay que vigilar los bunkers nuevos que se han añadido a esta calle: tres frente al green y dos a la derecha. El green tiene un gran piano.

El 16 es un par 3 de 156 metros con el tee un poco en alto. El green está protegido por un  lago en su parte posterior y bunkers por delante. Las vistas al mar son de las que quitan el hipo. Éste es otro de los hoyos espectaculares con los que cuenta este campo.

El 17 es un par 5 de 489 metros dotado con un nuevo green. El driver no es complicado aunque se le ha añadido un nuevo bunker a la izquierda de la calle,  a 240 metros. El segundo golpe es franco, y para el tercero hay que tener en cuenta los bunkers delante del nuevo green y los pinos alrededor.

Para finalizar el recorrido, al hoyo 18, par 4 de 284 metros, se le han hecho tees nuevos, que se han movido a la izquierda de los anteriores, por lo que ahora la calle, ancha, hace dogleg. El segundo tiro a green, que está situado un  poco en alto delante de la casa club, no es complicado, pese a los bunkers.

Al acabar la ronda en Marbella Golf & Country Club, se tiene la sensación de haber hecho un gran descubrimiento. Es un campo muy, muy atractivo, nada fácil, que nos obliga a utilizar todos nuestros recursos golfísticos y a jugar con cabeza. Es un campo corto pero exigente, donde se practican todos los golpes imaginables y en todas las situaciones posibles.

El hoyo 19, la casa club, es sin duda de lo mejor que puede verse en Andalucía. Elegante, además de funcional y acogedora, cuenta con un magnífico restaurante donde rematar o comenzar una jornada de golf inolvidable.

Marbella Golf ha inaugurado un nuevo driving range y una zona de prácticas de juego corto, putting, etc., además de todas las instalaciones que requiere una escuela de golf bien montada.

Entre los servicios adicionales de este club, hay pistas de tenis, salas para yoga y pilates, etc.

Uno de los aspectos visualmente más negativos de este campo es la estructura que se quedó ahí de un viejo edificio de los años 70. Pero ya hay una solución también para esto: se han conseguido los permisos para demolerlo, cosa que se hará pronto. Mientras tanto se ha estudiado una idea que puede paliar el problema estético: recubrir la estructura con grandes lonas publicitarias.

 

Experiencia en diseño

Craig Cooke, el superintendente de Marbella Golf & Country Club, que dirigió las reformas del campo, se inició en el mundo del diseño y la construcción de campos de golf trabajando en Estados Unidos con Robert Trent Jones.

Fue el diseñador americano quien lo envió a España para trabajar en su empresa española y en la remodelación de Valderrama hace más de veinte años.

Luego trabajó con Tony Jacklin diseñando campos en Escocia, entre ellos el de Loch Lomond. Más tarde abriría su propia empresa de construcción y diseño, con la que hizo doce campos en Irlanda, una decena en Inglaterra y alguno más en el resto de Europa. El último lo ha hecho en las proximidades de Roma.

Posteriormente se trasladó a Almería para trabajar en Cortijo Grande, antes de recalar en Marbella.

“Mi experiencia”, dice, “en el moldeo y diseño de campos es muy amplia”.

Por lo que respecta a las reformas realizadas en Marbella Golf, se muestra muy satisfecho. “El resultado”, asegura, “va a ser un campo mejor que el que había, porque se hizo hace veinte años, y ahora el golf ha cambiado mucho con los nuevos materiales. No obstante, hemos mantenido toda la filosofía de diseño de Robert Trent Jones. Esto es algo que no hemos querido cambiar. Por eso también hemos pedido la colaboración de Cabell B. Robinson (otro de los prestigiosos pupilos del gran diseñador norteamericano)”.