Finca Cortesin

Desde que hace unos cinco años se abriese al público Finca Golf Cortesín he frecuentado asiduamente este club. Lo he visto nacer, comenzar a crecer y madurar porque, aunque haya pasado poco tiempo para un campo, esto es lo que ha hecho Cortesín: consolidarse. Quizá los responsables de este espléndido recorrido, ubicado en el término municipal de Casares, muy cerquita de una de las mejores playas de la Costa del Sol, piensen que aún queda esto o aquello por hacer, por matizar, porque un campo nunca está acabado del todo, pero éste, si no lo está, ya le falta muy poco.

Los greeenes son impecables, y las calles, largas y complicadas en ocasiones, presentan un aspecto formidable.

Al menos eso me pareció a mí a principios de mayo cuando volví, una vez más, a jugar este campo que acoge por segunda vez al Volvo World Match Play Championship.

Tomé la desviación de Casares desde la antigua N340 recordando una frase que me había dicho años antes el diseñado del campo, Cabell B. Robinson: “A menos de que seas scratch o un superclase, no intentes jugar desde los tees más atrasados (barras negras). Desde ahí Finca Cortesín es el campo más largo de la Costa del Sol y posiblemente de España”.

Al llegar a la elegante y funcional casa club me recibió el director del club, Javier Reviriego, con quien había quedado para jugar. Javier es una de esas personas entrañables a las que siempre te apetece ver y que además son eficientes y expertos en su trabajo sin que te lo estén ‘recordando’ permanentemente. Su trato es afable y cuenta además con una gran ventaja a mis ojos: juega al golf de maravilla.

Uno de los aspectos que caracteriza a Finca Golf Cortesín es el trato exquisito que brinda al cliente Nada más franquear la puerta te sientes una persona especial y única. En el restaurante, donde por cierto se come muy bien, el servicio es magnífico; cuando bajas a por el buggy te lo encuentras preparado y personalizado, con  agua, refrescos, etc., y en el recorrido por el campo nunca te va a faltar nada. Para todo el mundo es muy importante ser bien tratado porque eso te dejará un buen recuerdo del lugar donde has estado y te incitará a volver.

Recorrer el campo con Reviriego, aunque casi más atento a los detalles de mantenimiento y puesta a punto para el Campeonato del Mundo Volvo Match Play que al juego, fue todo un placer.

Eso sí, le impuse jugar desde las barras amarillas, que no está el horno para bollos.

El hoyo 1, par 4 de 374 metros (la distancia de los hoyos será desde amarillas) cuya ancha calle se inclina de derecha a izquierda. A unos 60 metros del green hay un solitario olivo sobre un montículo. Es un hoyo de apertura agradable que puede llevar al jugador a tener una falsa sensación de seguridad de lo que será el resto del recorrido.

El hoyo 2, par 3, se extiende a través de un valle poco profundo hasta un green muy protegido por bunkers, especialmente en la parte delantera izquierda, que es un inmenso mar de arena. El green, estrecho, se abre en su parte posterior, y sus ondulaciones pronunciadas añaden una prima de riesgo al patear.

El hoyo 3, par 5 de 450 metros, está un tanto marcado por un poste eléctrico en medio de la calle. En el drive hay que andarse con ojo con dos bunkers que hay a la derecha. En el lado opuesto de esos bunkers hay agua al acecho, y como la calle gira a la izquierda, tratar de llegar de dos implicará superar una vasta extensión del lago. Supongo que habrá más 'birdies' en bolsas jugar el hoyo de la manera ortodoxa que arriesgando todo el agua. El green de buen tamaño está muy pendiente de atrás hacia adelante, mientras que el lado izquierdo se escurre hacia abajo en la bebida.

El 4 es un hoyo inusual y, aunque sólo mide 256 metros, es un par 4. Desde un tee elevado, el drive lleva la bola a un valle más abajo, donde la calle dibuja un dog-leg bruscamente a la izquierda en una serie de lomas y hondonadas. El dog-leg está motivado por la existencia de un lago a la izquierda, y el jugador que intente llegar a green con el drive tendrá que mantener la bola en el aire todo el trayecto. El más mínimo golpe corto acabará con la bola en el agua, que llega hasta los límites del green. Un tanto parecido al hoyo anterior, éste, jugado de forma convencional, no debería de ocasionar problemas. Un jugador que intente recortar aquí dos golpes a su tarjeta  podría terminar sumando dos más.

El hoyo 5, par 5 de 462 metros, ofrece un intimidador drive desde el tee a través de un valle hasta una meseta en la distancia con bunkers a la derecha. La calle serpentea a continuación y desciende en una serie de montículos. Hay pequeños grupos de árboles dispersos aquí y allá, mientras que una serie de enormes rocas dan un toque estético muy particular a este hoyo. A unos 50 metros del green, a la derecha, una serie de bunkers, de diferentes formas y tamaños, se encuentran al acecho, así que hay que andarse con ojo para evitarlos. Aunque el green tiene 37 metros de largo, es bastante estrecho.

El hoyo 6 es un par 3 de 178 metros que se juega a un green tipo plato con bunkers profundos a la derecha. Hay una zona de escape en el lado opuesto mientras que un escenario de olivos al fondo y un muro de piedra decorativo captan nuestra atención.

El hoyo 7 se juega desde un tee ligeramente elevado sobre una  calle extensa con bunkers profundos a la izquierda, mientras que, más adelante, otro se ‘come’  el lado opuesto. La calle gira suavemente a la izquierda y asciende hasta un green casi circular que está bien protegido por bunkers profundos.

El hoyo 8, par 5 de 486 metros, está trazado en la dirección opuesta, aunque en un nivel inferior. Las calle se inclina desde derecha y está muy protegida por  bunkers a la izquierda. A medida que vira a la derecha, la calle se estrecha considerablemente y presenta bunkers en ambos lados que pueden causar considerables problemas a muchos jugadores.. El green, amplio, está también muy protegida por bunkers a la izquierda, pero, afortunadamente, hay mucho espacio en el lado opuesto.

Paseando entre olivos y otra vegetación en la subida al último tee de la primera mitad del recorrido, se tiene una idea de la excelencia de la tierra en la que se construyó el campo de golf y una sensación real de estar en la campiña. El hoyo 9 es un par 4 que tiene una calle amplia, pero la mirada se va inmediatamente hacia un gran bunker a media distancia a cuya arena irá a parar todo golpe de salida con hook. La calle gira a la izquierda hasta llegar a un green en forma de riñón que está, una vez más, muy protegido por bunkers. Una serie de pequeños olivos rodean y embellecen el green.

Uno de los hoyos que más huella dejarán en la memoria de los jugadores es sin duda el 10. Intimida realmente cuando estás en el tee de este par 3 y miras hacia el green situado abajo en las profundidades de un valle. La vista de una zona boscosa con las montañas como telón de fondo, es soberbia. El green tiene forma de ocho, unos profundos bunkers a la derecha y una abrupta caída al lado contrario, que es adonde suele tender la bola que llega a green no del todo controlada. Es la del 10 una experiencia memorable, un hoyo por el que por sí mismo ya merecería la pena jugar este campo.

El tee del hoyo 11, al que se llega a través de un puente de madera muy bonito, anuncia un par 5 que está clasificado con el índice 2 del campo. El golpe de salida requiere el balón al ser golpeado en un valle que es tan profundo que las copas de los árboles están casi a la altura del tee. El drive es ciego, por lo que es realmente cuestión de golpear con la esperanza de que la calle reciba la bola en algún lado. De hecho, hay ‘escondida’ una cantidad considerable de calle, aunque el lado derecho se debe evitar, ya que está poblada de matas de arbustos y otra vegetación madura. La calle gira después a la derecha y desciende a un valle antes de subir de nuevo a un green pequeño y muy protegido por bunkers, uno de los cuales se encuentra en medio de la calle a sólo 40 metros del objetivo. Durante toda la longitud del hoyo, el lado derecho no ofrece nada más que problemas.

El 12, par 3 de 163 metros, es otro bonito hoyo que se juega desde un tee elevado a un valle con un green protegido por tres grandes bunkers  a la izquierda y dos más a la derecha. Si se fallase el green por la derecha o por atrás, la bola desaparecería entre una vegetación de la que sería muy difícil salir.

El hoyo 13, cuyo tee está justo a la izquierda del green anterior, es un par 4 de 322 metros que ofrece una buena zona de caída. Un arroyo, que aparece justo en frente del tee, gira bruscamente y recorre a todo lo largo la parte izquierda antes de girar de nuevo y llegar hasta justo delante del green. Hay rocas en la cara del arroyo, por lo que una bola que se quede corta puede terminar Dios sabe dónde. Los puentes de madera, las flores de colores  y los árboles que rodean todo conforman un bello cuadro.

El 14 es otro par 4 muy corto, de apenas 275 metros. Un golpe de salida con slice requerirá una repetición, mientras que un hook terminará con la bola en una zona de árboles. La calle parece estar a una distancia considerable y la visión de una bola cayendo en ella será un alivio. De paso podría mencionar que, de pie en el tee, conté once bunkers en el lado derecho y alrededor del green: no digo más.

Hay varios hoyos que ofrecen espectaculares vistas desde el tee, como por ejemplo el 15. El drive vuela sobre un valle arbolado para llegar a una calle que cae repentinamente. Hay una serie de bunkers a la izquierda que entran en juego si uno intenta acortar el hoyo. Desde la zona de caída, la calle gira abruptamente a la izquierda y sigue en ligera subida hasta un green en forma de plato que está rodeado de bunkers. ‘Perder’ el green por la izquierda o por detrás tendrá graves consecuencias.

El 16 es un par 4 de 373 metros que requiere un drive por encima de una colina con bunkers a ambos lados de su parte superior. Desde la cima, la amplia calle gira suavemente en descenso y luego asciende de nuevo hasta un green de gran tamaño y con bunkers a la izquierda y por detrás.

El penúltimo hoyo es un par 3 de 127 metros que se juega a un green rodeado por un enorme bunker de arena. Llenos de rincones y recovecos, los bunkers parecen ciertamente peligrosos, pero, para contrarrestar, el green es amplio y ‘acogedor’ desde una distancia corta.

El último hoyo del recorrido es un par 5 en donde el drive es sobre lo alto de una colina con las montañas formando un majestuoso escenario al fondo. La calle se mueve suavemente hacia la izquierda en su camino hacia el green. Hay incontables bunkers, ambos cerca y rodeando el green, pero algunos están tan lejos del objetivo que son elementos puramente estéticos. El green es grande pero relativamente estrecho y está enmarcado con quince pequeños olivos. Tómese un momento para disfrutar de la vista desde el green: la visión de las montañas, las colinas, los valles e incluso el mar es espectacular.

Mis recuerdos del juego me traen a la mente calles anchas e incontables bunkers, muchos de los cuales, afortunadamente, están demasiados lejos del tee como para atrapar los drives del golfista medio. Para disfrutar completamente de un campo como éste, los handicaps medios a altos deben de seguir el consejo de Robinson que mencioné al principio y jugar desde los tees que ofrecen una oportunidad deportiva, ya que de otra forma nos enfrentaremos a un largo y difícil día.

Las instalaciones incluyen una Academia de Golf Jack Nicklaus, que es otra indicación de la calidad del complejo, ya que Nicklaus sólo permite que sus academias se ubiquen en campos de máxima categoría.

Finca Golf Cortesín es un gran campo que tiene todos los atributos para albergar un torneo profesional de la máxima categoría como el que acoge. No cabe  duda de que los golfistas disfrutarán a lo grande confrontando su experiencia con este soberbio reto, aunque también es justo decir que, en la mayoría de las ocasiones, el campo ganará el duelo. Para los golfistas ‘serios’, Finca Cortesín Golf supone un emocionante reto.