Fue el primero en ganar un millón de dólares en premios y cuatro Masters de Augusta. Arnold Palmer era un golfista fuera de serie y, sobre todo, muy popular. Su gran carisma hizo de él uno de los deportistas más famosos de Estados Unidos e influyó decisivamente en el gran crecimiento del golf en ese país. Se ha ido para siempre a los 87 años tras una vida plena de éxitos y reconocimiento de todo el mundo del golf.
También conocido como El Rey o simplemente Arnie, este carismático jugador nació el 10 de septiembre de 1929 en Youngstown, Pensilvania, Estados Unidos. Se inició en el mundo del golf con tan sólo 3 años de edad de la mano de su padre, que era greenkeeper. Enseguida se vieron los frutos de su envidiable pericia con los palos de golf y como amateur ganó cinco West Penn Amateur Championships. A pesar de su espléndida proyección en este deporte, dejó el golf durante varios años cuando decidió enrolarse en la Guardia Costera de su país. Retornó al golf competitivo a principios de la década de los años 50.
En 1954 protagonizó su más importante victoria amateur, la del Campeonato de Estados Unidos. Tenía claro por dónde debía encaminar su futuro laboral y tan sólo cinco meses más tarde se hizo golfista profesional.
Tras un par de temporadas de asentamiento en el Circuito, la de 1957 fue su primera gran temporada, ya que consiguió, al sumar cuatro, el mayor número de victorias. Al año siguiente llegaría la primer victoria de Arnold Palmer en el Grand Slam, al imponerse en el Masters de Augusta, torneo que ganaría en tres ocasiones más (1960, 1962 y 1964).
Su juego agresivo, su característico swing y su aspecto de actor hollywoodense le convirtieron pronto en una estrella mediática. Su carisma y atractivo para la televisión en los primeros años en que este nuevo medio de comunicación empezaba a popularizarse propició un enorme desarrollo del golf y un gran aumento de las ganancias de los golfistas profesionales.
La temporada de 1960 le fue especialmente propicia, ya que ganó ocho torneos, incluyendo dos majors, el Masters de Augusta y el US Open. El de 1962 también sería un año especial para Palmer, ya que se impuso de nuevo en ocho competiciones, incluyendo de nuevo dos majors, en esta ocasión el Masters y el Open Británico, torneo que había ganado por primera vez la temporada anterior. Como no podía ser de otra manera, Palmer fue designado Jugador del Año del PGA Tour de 1960 y 1962.
A lo largo de su dilatada y exitosa carrera como golfista profesional, El Rey ganó siete majors, concentrados entre los años 1958 y 1964: cuatro Masters (fue el primero en ganar cuatro veces ese torneo), dos Open Británicos y un Open de Estados Unidos.
Entre 1957 y 1963, Palmer lideró cinco veces la lista de victorias del Circuito Americano y cuatro el ranking de ganancias.
En 1968 se había convertido en el primer jugador de golf que ganaba más de un millón de dólares en premios en los torneos del Professional Golf Association Tour, el Circuito de Estados Unidos.
Su último gran año en el Tour USA fue el de 1971, temporada en la que ganó cinco torneos. La última de sus 62 grandes victorias profesionales acaeció en 1973, aunque su popularidad nunca llegó a decrecer entre los aficionados a este deporte.
En 1980 se integró en el Tour Senior y de nuevo su carismática presencia ayudó a popularizar más ese circuito. Los éxitos llegarían pronto, ya que en su primera temporada ganó el Campeonato de Estados Unidos y al año siguiente se imponía en el Senior Open de Estados Unidos. En total ganó diez torneos en el Circuito Senior.
En la Ryder Cup su experiencia tuvo carácter doble, ya que fue jugador en siete ocasiones y capitán en dos, la última en 1975.
Palmer pudo mantener su popularidad gracias a la publicidad de productos comerciales y se estableció en el mundo de los negocios con su propia compañía, Arnold Palmer Enterprises, un emporio que incluía academias de golf y empresas de organización de torneos, de gestión de campos de golf, de material deportivo o de ropa. Fue el cofundador de The Golf Channel. Su prolija actividad empresarial le convirtió en uno de los deportistas más acaudalados.
Entre los múltiples reconocimientos al mérito deportivo que recibió a lo largo de su vida, destaca su elección, en 1974, para formar parte del Salón de la Fama Mundial del Golf.