Está claro que lo de Tiger Woods no es la fidelidad. Si su divorcio, en 2010, estuvo precedido del escándalo y numerosas aventuras extaconyugales, ahora parece que su última novia, la esquiadora Lindsey Vonn, le ha dejado por una cuestión de cuernos. Así al menos lo asegura el periódico Daily Mail que, citando sin revelar su identidad a una persona cercana a la pareja, dice que la infidelidad se habría producido poco después del Farmers Insurance Open, el pasado febrero. Tras su derrota en San Diego, Tiger, de 39 años, nueve más que su ya ex novia, habría aprovechado su estancia para un desliz de una noche con "una mujer sin nombre ni rostro".

"La mayoría de los hombres beberían con una derrota como ésa, pero Tiger tiene el sexo para ello, habitualmente con prostitutas locales a las que paga sumas desorbitadas, probablemente para que quieran repetir y no hablen de ello", prosigue la citada fuente.

Sin embargo, al parecer en esta ocasión le vieron con su acompañante y, antes de que se enterara por otra vía, decidió confesar a su novia la infidelidad, "algo que no hacía con su ex mujer Elin". "Conociendo a Tiger, ni siquiera lo ve como una infidelidad, porque no hay sentimientos. Es sólo un liberador de estrés".

Sin embargo, tras confesar su desliz de una noche, y conociendo los antecedentes de su chico, Lindsey decidió romper la relación. Él ha dicho que no duerme bien desde la ruptura.

El tiempo que pasaban "separados" fue el motivo que tanto el golfista como la esquiadora citaban como desencadenante de la ruptura en sus respectivos comunicados.

Lo que no se sabía es qué había sucedido durante ese tiempo. "Tuvo una recaída en su adcción al sexo. Lindsey se enteró de otras mujeres de nuevo. Siempre mientras él estaba fuera. Justo como cuando estaba con Elin", cita esta fuente.

Las infidelidades de Woods salieron a la luz pública en 2009, a raíz de un accidente de coche que sufrió el golfista tras haber discutido con su esposa. A partir de entonces empezaron a aparecer las amantes de Woods y al final acabó reconociendo su adicción al sexo. Su paso por una clínica de ’desintoxicación sexual’ no dio –visto lo visto– un gran resultado.