Sin ningún lugar a dudas, Finca Cortesín es uno de los campos de mayor calidad de España. Y lo es de forma perfectamente equilibrada: todos los aspectos que podamos valorar están al mismo gran nivel, desde el magnífico diseño de Cabell B. Robinson y el estado de mantenimiento en el que siempre se presenta el campo, hasta el servicio con el que se esmeran en cuidar a los jugadores.

El campo, uno de los escasos en España en el que toda la superficie de juego es de Bermuda, ha necesitado pocas adaptaciones para acoger la prueba más importante en muchos años, como es la Solheim Cup. Se ha construido un nuevo tee para el que será hoyo 1 en la competición y que en realidad es el hoyo 4 del recorrido regular, que ha sido modificado para esta ocasión. También se han reformado los tees de los hoyos 13 y 17. El resto de tees han sido nivelados.

El Club es magistralmente dirigido por Francisco de Lancastre en esta segunda etapa, ya que se reincorporó en su puesto para su preparación de cara a la Solheim Cup con algo más de un año previo al evento, tras una etapa profesional muy productiva en Abu Dhabi.

El servicio es impecable y el equipo funciona como un reloj. Inmediatamente que el jugador llega al aparcamiento se le acerca un operario en un buggy y le recoge los palos. Pasamos por la tienda, donde todo lo que encontramos es de máxima calidad y está perfectamente seleccionado y presentado.

Tras registrarnos, podemos pasar a la cafetería que está en la misma planta, o directamente bajar al campo de prácticas donde nos espera nuestro buggy, personalizado con un cartel con nuestro nombre y equipado con tarjeta, agua, tees y una toalla por jugador.

Los buggies están a pie del camino que hay a lo largo del campo de prácticas, en el que tenemos bolas de cortesía perfectamente ordenadas en pirámide.

En el extremo del campo de prácticas está la  Academia Jack Nicklaus, donde los profesionales Ricardo Jiménez y Rubén Holgado te pueden ayudar a mejorar en el juego y te pueden adaptar unos palos para que te encajen a la perfección, con la tecnología de ultima generación.

Al otro lado del campo de prácticas, frente al green del 18 y con vistas al mar, se encuentra el hotel. Se trata de una instalación de verdadero lujo, con 67 amplias y exclusivas suites, cuatro piscinas, varios restaurantes de gran nivel, tratamientos SPA y los servicios que pocos pueden dar a ese nivel.

El hotel acogerá a los equipos americano y europeo durante la disputa de la Solheim Cup. Sin duda fue uno de los factores determinantes a la hora de elegir la sede para este importantísimo evento, junto con la calidad del propio recorrido.

El campo no suele estar saturado de jugadores, lo que agradecen los pocos afortunados que disfrutan de él como socios. El número de socios es muy limitado y es una opción más que interesante para quienes buscan exclusividad y calidad.

Fantásticos greens, amplios, movidos y muy rápidos son las característica del campo. El recorrido dispone de cinco juegos de tees para elegir, con una longitud desde barras negras de 6.727 metros. Un test de golf de mucha consideración.

La primera vuelta tiene 3 pares 3, para un par de 35, mientras que la segunda tienes 3 pares 5, para un total de 37.

El hoyo 1 es un par 4 de longitud media con un green en alto con caídas importantes que avisa de lo que nos vamos a encontrar a lo largo del recorrido.

El 2 es un par 3 largo en el que se debe evitar el tiro desviado por la derecha. Tras este, el 3 es un fantástico par 5 con agua a la izquierda de todo el hoyo y que puede presentar una opción de riesgo y premio para los pegadores.

El 4, que se jugará como hoyo 1 en la Solheim Cup, es un par 4 corto con agua a la izquierda. Es posible llegar de un sólo golpe para aquellos jugadores que vayan más largo.

El 5 es el segundo par 5, con peligro a la derecha y un green en alto bastante estrecho, que exige precisión.

El 6, par 3 largo, presenta el riesgo a la izquierda donde nos podemos ir a las plantas y complicar el par.

El hoyo 7 es un larguísimo par 4, hándicap 1 del campo en el que debemos evitar la derecha, por donde podríamos perder la bola.

El 8 es el tercer par 5 de esta vuelta, cuajado de bunkers que hacen que haya que elegir bien cada golpe.

El hoyo final de esta vuelta es más llegable en regulación y no exige tanta pegada, por contra hay que buscar estar en green, ya que las zonas de escapada si no conseguimos para la bola, complican mucho hacer un buen resultado.

La segunda vuelta empieza con un par 3 en alto que invita a apoyarse por la izquierda.

El 11, el más complicado de la segunda vuelta, es un par 5 con salida en alto y una calle serpenteante en la que debemos evitar la derecha.

El 12 es un par 3 en alto con un green muy amplio rodeado de bunkers.

El hoyo 13, par 4 corto, tiene una de las estampas más bonitas del campo al acercarnos a un green situado al otro lado de una ría. Los dos siguientes hoyos son muy diferentes, tras el par 4 más corto del campo, donde un buen drive nos puede dejar cerca de green e incluso en green a los mejores pegadores, el hoyo 15 es un largo par 4 con una salida en dog leg en alto al otro lado de un barranco. La calle está bien protegida por estratégicos bunkers y, otra vez más, nos espera un magnífico y amplio green.

El 16 es un largo par 4 en ligera bajada que exige dos buenos golpes para alcanzar el green con opciones.

El 17 es el par 3 más corto y nos prepara para el magnífico hoyo 18 final, un par 5 que gira a la izquierda en subida y un fantástico green para terminar con opciones de birdie.

Durante la vuelta, el equipo de marshals pasan para asistir a los jugadores con el ritmo de juego y para premiarles con un caldo en invierno y un gazpacho en verano.

Tras el juego podemos tomar una ducha en el fantástico vestuario y disfrutar de una de las mejores cafeterías que podemos encontrar en un club de golf de nivel.

Se trata de una visita obligada para quien venga a la Costa del Sol  a disfrutar del golf y que bien vale el precio que piden.