El campo de golf no se libra de los malos hábitos de muchos jugadores que, la mayoría de las veces por dejadez y sin mala intención, acostumbran a reproducir y que afectan al óptimo desarrollo y fluidez del juego.

Rod Bastard, director del Marbella Club Golf Resort, profesional de dilatada experiencia como gerente de campos de golf, habla en este artículo de malos hábitos frecuentes de los golfistas que redundan especialmente en la desaceleración del ritmo de juego, con las molestias que ello ocasiona a todos los jugadores.

Creo que las reglas del año que viene, el Ready Golf, van a ayudar mucho a mejorar el juego lento. Estar jugando en el orden en que cada jugador esté preparado ya va a pasar a ser regla, pero es de sentido común que, si alguien está listo, que vaya tirando, con independencia de que esté un poco más cercano al hoyo, especialmente alrededor del green o tirando a green. No pasa nada si un jugador que está preparado tira primero.

También es importante ir preparando el golpe cuando los demás están pegando, obviamente sin molestar a los compañeros, pero hay muchas situaciones en que puedes sacar mediciones, hacer cálculo de viento o escoger el palo mientras los demás están jugando.

Otra clave para no ralentizar el rimo de juego es estar pendiente de dónde está el siguiente tee. De este modo, cuando llegamos a nuestro green ya sabemos por dónde vamos a salir hacia el hoyo próximo y por tanto aparcaremos el buggy o tendremos los carritos en el sitio correcto. Cuando termines no tendrás que volver hacia atrás en el hoyo que acabas de jugar, con lo que no  perderemos tiempo ni perjudicaremos al grupo que viene detrás.

También es importante en este sentido rellenar los resultados en el siguiente tee, no alrededor del green cuando termines ese hoyo. Creo que todos tenemos suficiente memoria para acordarnos de los golpes durante cinco minutos y anotarlos en el tee siguiente mientras tus compañeros están haciendo la salida.

Y un problema grande, muy grande, que veo es que no damos paso. No sé por qué, pero no damos paso a los grupos más rápidos. No significa que tengas que dar paso a todo el mundo, pero especialmente si has perdido hoyo por delante no pasa nada por darle paso a los grupos más rápidos, ya sean del mismo número de jugadores o más claramente si son números inferiores, porque van a jugar más rápido. Creo que hay quien se toma como algo negativo el dar paso porque piensan que significa que son malos jugadores, pero hay que ser solidario y la gente con buena educación de golf siempre va a dar paso a los más rápidos. Todos queremos disfrutar, pero hay unos que juegan más rápido que otros, y dar paso son dos minutos nada más.

Otro aspecto importante para evitar en lo posible el juego lento es que nos acostumbremos a jugar bola provisional en el tee. Es obviamente mucho más rápido jugar una bola provisional –tardas treinta o cuarenta segundos– que volver hasta el tee cuando no has encontrado tu bola, tener que pegar otra, el grupo esperando… La bola provisional es una forma magnífica de agilizar el juego, especialmente en un campo que no conoces porque muchas veces no sabemos que hay matas o árboles ahí.

Y la otra cosa es la búsqueda de bola. El año que viene –también está en las reglas nuevas– se reduce el tiempo de cinco minutos a tres. Normalmente ocurre cuando jugamos que si no encuentras la bola en el primer minuto y medio, ya no la vas a encontrar porque lo más probable es que estemos buscando en el sitio equivocado o que la bola haya dado un bote raro. Yo creo que, por el bien de todos, en situaciones sociales es mejor no apurar el tiempo de búsqueda si no es necesario.

Piques y rastrillo

Y para terminar un par de consejos sobre arreglo de piques y uso del rastrillo, todo ello teniendo en cuenta siempre una premisa básica para el golfista: hay que dejar el campo al menos como lo encontramos y, si es posible, mejor.

Todos nos quejamos de que cuando llegamos al green hay muchos piques sin reparar. Creo que tenemos que ver los piques como un motivo de orgullo, de satisfacción, ya que solamente dejamos piques cuando pegamos un buen golpe. Así que debemos sentirnos orgullosos de hacerlos, pero también de repararlos. Lo que sí tenemos que fijarnos mucho es en dónde ha pegado la bola cuando tiramos a green porque puede ser que la bola esté a cinco o seis metros de donde ha botado. No vale con ir a nuestra bola, poner la marca y ya está, sino que hay que buscar dónde ha botado, y siempre es bueno reparar tu pique y uno o dos más, y así ya dejamos el campo mucho mejor.

En cuanto a los bunkers, los jugadores deberían seguir una rutina de cuidado de estos obstáculos de arena y lo primero que tienen que hacer  cuando llegan al bunker, independientemente de dónde se encuentre su bola, es coger directamente el rastrillo y dejarlo a la entrada en el punto más cercano a la bola y así, obviamente, lo tendrá a mano cuando termine. Si entramos directamente a la bola, quizá ya la has jugado, estás en medio del bunker, ves el rastrillo lejos y dices: pues no voy a por él.