Mientras Ricky Fowler, en Estados Unidos, y Dustin Johnson, en Arabia Saudí, encarrilaban sus victorias en los circuitos Americano y Europeo respectivamente, otro foco de atención mediática relacionado con el golf estaba en el Trump National Golf en Jupiter, Florida, y tenía como protagonistas a tres figuras extraordinarias, en la acepción literal del término, o sea, fuera de lo corriente. Ahí estaban para jugar un partido los dos golfistas con mayor número de grandes en su haber, Jack Nicklaus, con 18, y Tiger Woods, con 14, y el peculiar presidente de Estados Unidos, Donal Trump, avezado golfista. Al trío se unió uno de los hijos de Nicklaus, Steve.
Se da la circunstancia que Tiger y Jack no habían jugado juntos desde hacía casi veinte años.
El club de Trump escenario del encuentro se encuentra muy cerca del The Bear’s Club, de Nicklaus, tanto que ambos clubes privados comparte la misma carretera de acceso. Es por esa vecindad que no causa sorpresa ver al legendario golfista compartir un partido de golf con el presidente de Estados Unidos.
Woods es residente en Jupiter, una pequeña ciudad de 55.000 habitantes en el condado de Palm Beach, y ya ha jugado con Trump en anteriores ocasiones.
El mandatario norteamericano publicó en Twitter fotos y vídeos del encuentro, aunque no desveló con qué resultado se saldó el partido.