Una efemérides digna de resaltar, porque que un club de golf celebre su cincuenta aniversario no es todavía muy frecuente en España. El honor es en esta ocasión del costasoleño Atalaya Golf, club enclavado a caballo entre los municipios de Estepona y Benahavís y que cuenta con dos campos de 18 hoyos.

Es Atalaya Old uno de los grandes campos de la Costa del Sol. Construido cuando aún no había comenzado la proliferación de urbanizaciones en destino turístico, el Old Course fue diseñado por Bernhard von Limburger, campeón de golf de Alemania en 1925 y que posteriormente se convertiría en uno de los arquitectos de campos de golf más prestigiosos de su país. Diseñó unos 70 campos entre Alemania, Francia y Austria, y el de Atalaya fue el único que hizo en España.

Sus anchas calles y sus elevados greens convierten este campo de campeonato en un reto tanto para profesionales como para jugadores de todos los niveles. Ha madurado con elegancia y con sus espectaculares vistas a la Sierra de la Concha es el perfecto oasis en el bullicio de la Costa del Sol.

Desde fuera parece otro campo de golf perfectamente llano y asequible al jugador de nivel medio sin más con sus calles onduladas, sus numerosos bunkers de marmolina, greenes rápidos y la vegetación alineando las calles con olivos, pinos, cactus, y eucaliptos, pero en la realidad es un campo bastante difícil que supone hasta para el jugador profesional un gran reto.

Aunque el campo cumple oficialmente este año sus bodas de oro, en realidad se terminó en 1967, si bien no se inauguró hasta un año después, “con lo cual se toma esa fecha como referencia”, aclara el director de Atalaya, Andrés Sánchez. El campo fue inaugurado por uno de los actores más famosos de la época, el escocés Sean Connery, que tenía entonces una casa “muy cerca”.

Sánchez califica la trayectoria de este club como “muy interesante, con diversas etapas, con momentos buenos y malos, con muchísimos green fees vendidos, muchos socios que han pasado por el accionariado de la empresa, y un trabajo de mejora constante durante estos cincuenta años.”

–¿Se podría hacer un cálculo estimativo de cuántos green fees se han podido vender en Atalaya en cincuenta años?

–Habría que hacer números, porque el segundo campo no lo tuvimos hasta 1990, pero yo creo que podemos rondar los tres millones de green fees. Ha habido años con más de 80.000 salidas, y en 2001 superamos las 83.000. Hay que tener en cuenta que el segundo campo se inauguró en 1990, obra de otro diseñador alemán, Paul Krings.

–¿Quién promovió la construcción del Old Course?

–Los inversores fueron un conglomerado de empresas alemanas que compraron terrenos para construir hoteles. Empezaron con el hotel Atalaya y luego hicieron ya el campo de golf.

–¿Cuántos socios tiene el club y que nacionalidades predominan?

–El club cuenta en la actualidad con 420 socios accionistas (también tiene abonados anuales), que suman en su conjunto 36 nacionalidades, predominando españoles, escandinavos y alemanes.

Siempre ha sido un club muy internacional. Hay que tener en cuenta que el hotel Atalaya tiene casi 500 habitaciones y que para rellenarlo necesitaba clientela internacional, de muchos países. Pero es cierto que en los años 70 se enfocó mucho hacia el mercado americano, y vinieron muchísimos americanos a esta zona, que era totalmente desconocida en los años 70.

Con la segunda crisis del petróleo, iniciada en 1979, se reduce considerablemente la visita de norteamericanos a la Costa del Sol. Ahora siguen llegando pero en número mucho menor, tienen gran poder adquisitivo y suelen jugar en Valderrama y otros grandes campos de la zona, entre ellos Atalaya Old.

–¿Qué reformas o trabajos de actualización se han realizado en el club a lo largo de los años?

–En los últimos años estamos poniendo el campo con las distancias estándares para tener torneos aquí de bastante categoría. Se ha renovado completamente el hoyo 1 del Campo Viejo para hacerlo más competitivo, se ha renovado también totalmente el kiosco, al igual que toda la zona de alrededor, y poco a poco vamos a ir haciendo más reformas en ese recorrido.

Por otra parte, ahora mismo estamos construyendo un edificio de aparcamientos con capacidad para 130 vehículos de clientes y socios, con una parte cubierta y otra descubierta.

En los últimos tres años se han realizado importantes obras en el club, como por ejemplo la renovación de los vestuarios de hombre y mujeres y la construcción de un gimnasio y de nuevas oficinas. Además se ha renovado la flota de buggys.

El director de Atalaya Golf se muestra optimista con respecto al futuro del club: “Todos los economistas auguran que vamos a tener como mínimo diez años buenos antes de volver de nuevo a una recesión, así que tenemos que aprovechar este crecimiento para mejorar e invertir mucho dinero, como se ha hecho en los últimos quince años”.