Hace 18 años, cuando tenía 46, el británico David Steele, antiguo jugador del Tour Europeo afincado dese hace décadas en la Costa del Sol, realizaba una proeza casi inigualada por un ser humano: embocar 774 hoyos en una maratoniana sesión de golf de 24 horas seguidas. Completó 43 recorridos de 18 hoyos en el campo marbellí Dama de Noche (ahora Banús Executive), que contaba con iluminación nocturna.

La marca de este inglés de New Castle superó con creces el que hasta hacía poco figuraba como récord mundial de juego en 24 horas, establecido en 710 hoyos en el Libro Guinness, pero no llegó al que se consideraba récord mundial oficioso, sin certificación oficial: 783 hoyos.

Las manos cuajadas de ampollas, las rodillas hinchadas, las articulaciones doloridas por la humedad de la noche, pero el cuerpo firme, recio... así terminaba Steele su larguísimo partido la tarde del 5 de junio de 2003.

Steele se había preparado concienzudamente durante semanas para afrontar el reto síquico y físico que suponía el maratón de golf. Para poder cumplir su objetivo, iba a bordo de un coche preparado especialmente para la prueba, más potente y con respaldo que le masajeaba la espalda. Además le acompañaban otros dos buggys de apoyo.

Tras las doce primeras horas de juego, Steele había pegado 399 golpes y completado 23 vueltas completas (cada vuelta son dos recorridos, ya que el campo es de 9 hoyos, con pares 3, 4 y 5). En la vuelta que menos tardó empleó 27 minutos, una media de minuto y medio por hoyo.

La media por vuelta de 18 hoyos rondó los 30 minutos durante las 24 horas del maratón. Los fondos recaudados con aquella competición contra el reloj se destinaron a la Asociación Española Contra el Cáncer, a la Asociación Cudeca (de cuidados paliativos) y a la Unidad de Investigación contra el Cáncer de la Universidad de Málaga.

La recaudación estimada por el maratón más la que se consiguió con otros torneos benéficos organizados con el mismo fin ascendió a unos 64.000 euros, a los que hay que sumar los casi 8.000 que se lograron con una subasta de objetos de golf. Cabe destacar que Jaime Ortiz Patiño, el que fuera demiurgo y presidente de Valderrama, y el Tour Europeo donaron cada uno 15 euros por cada hoyo embocado por Steele, lo que supuso un total de 23.220 euros.

Antes de aquel maratón, que tuvo una gran repercusión mediática, el golfista inglés ya había protagonizado otro gran evento de carácter benéfico, en aquel caso en San Roque Club (su actual club) en 1993 para comprar una ambulancia para la localidad de Guadiaro. Jugó entonces 18 vueltas seguidas y un total de 315 hoyos (le faltaron 9 para completar la decimoctava ronda), siendo de 69 golpes su mejor vuelta, y de 45 minutos la más rápida.

Ahora, 18 años después de sus 24 horas de golf en Marbella, el ex jugador del Tour Europeo vuelve a la carga maratoniana, aunque esta vez –la edad pesa: 64 años– no intentará batir el récord mundial. El próximo 7 de junio tiene un reto en el campo costasoleño El Higueral, en Benahavís, también con muchísimos hoyos por delante e igualmente con fines benéficos. También está prevista la celebración de un torneo con los mismos fines en San Roque Club. Su objetivo es recaudar fondos para investigación contra el cáncer y para el Centro Contigo, en La Línea, de atención a menores en riesgo de exclusión social.

“El director de El Higueral (también de Marbella Club Golf Resort), Rod Bastard, es un gran amigo mío desde hace muchos años, hablé con él y le pareció perfecto que lo hiciese aquí”, comenta Steele.

El reto consiste en jugar 14 horas seguidas, desde 7.30 de la mañana hasta las 9.30 de la noche, e intentar hacer 18 vueltas de 18 hoyos. Calcula que podría emplear unos tres minutos por cada hoyo. “Llevo tiempo preparándome para esto”, explica, “pero son 64 años y no tengo la misma vitalidad que cuando hice el maratón de 24 horas”.

Su objetivo es lograr, junto con el torneo benéfico en San Roque Club, una recaudación de 50.000 euros. “Ésta es mi idea, y espero que sea realidad”, dice Steele.

Lo que está claro es que ganas e ilusión no le faltan a este infatigable deportista de gran corazón que se vuelca en ayudar al prójimo que más lo necesita.