Ha sido sin duda el año de Dustin Johnson. El jugador estadounidense ponía en el Augusta National el broche de oro a una temporada extraordinaria en la que enfundarse la chaqueta verde del Masters por primera vez era su mejor regalo. Con cuatro top 10 en las últimas cinco ediciones, incluido un segundo puesto el año pasado, DJ –como también es conocido por las iniciales de su nombre y apellido– lograba en este aplazado Masters (noviembre en vez de abril) hacer realidad su sueño.

Y ganó su segundo grande a lo grande (el primero fue el US Open de 2016), con una exhibición de talento que se saldó con el resultado total más bajo (-20) de la historia del vetusto Masters, cuya edición inaugural se disputó en 1934. Johnson sacó cinco golpes de ventaja a sus más cercanos perseguidores, el australiano Cameron Smith y el coreano Sungjae Im, en un torneo en que Jon Rahm, segundo en el ranking mundial, terminó séptimo, con -10.

DJ, con un palmarés de 23 triunfos y más de un centenar de top 10 en el PGA Tour, se ha afianzado en lo más alto de la clasificación mundial y cierra el año con una clara ventaja de 2,6 puntos sobre el jugador vizcaíno.

El convulso 2020 ha sido más que provechoso deportivamente hablando para DJ, ya que ha cosechado una docena de top 10, que incluyen tres victorias (Masters, Travelers Championship y The Nordest Trust), cuatro segundos puestos y un tercero.

En la vida de Dustin Johnson, ahora apacible, también hubo turbulentos episodios en los que no faltaron el robo de una pistola, consumo de drogas y exceso de alcohol A sus 36 años, este chicarrón de Columbia, Carolina del Sur, puede presumir de su envidiable posición al frente del ranking mundial y de la FedExCup del Circuito Americano.

Casado con la modelo Paulina Gretzky –hija del considerado mejor jugador de hockey sobre hielo de todos los tiempos– y padre de dos hijos, se podría decir que DJ es actualmente un hombre plenamente feliz.

Johnson es, junto con Arnold Palmer, Jack Nicklaus y Tiger Woods entre otros, uno de los jugadores que ha ganado al menos una vez en el PGA Tour en cada una de sus diez primeras temporadas.

Pero la vida no siempre le ha sonreído tanto a DJ. Su vida no ha sido precisamente plácida y ha protagonizado algunos episodios que, si pudiera, habría borrado de su pasado.

El primero y más escabroso ocurrió cuando era todavía un adolescente y estuvo a punto de costarle la cárcel. Con un grupo de amigos entraron a una casa y robaron entre otras cosas una pistola. Esa arma fue utilizada días después en un asesinato, y el gran problema era que la pistola y las balas que cargaba tenían las huellas de Johnson. La cuestión es que Dustin había comprado la munición al parecer obligado por el hermano mayor de un amigo suyo y sin saber que posteriormente esa pistola sería usada por esa persona para cometer un asesinato. El que luego se convertiría en famoso golfista resultó indultado por el robo en la vivienda y el homicida fue condenado a cadena perpetua. “Nunca tuve realmente una relación con aquellas personas”, dijo Johnson en una entrevista a Golf.com en 2011. “Estaba en el lugar equivocado y en el momento equivocado. Me miré después al espejo y me di cuenta que que esa persona no era realmente yo ni era quien yo quería ser. Yo quería ir a la universidad y quería jugar al golf. Fue una decisión fácil volver a estar en el camino correcto. No quería tirar por la borda todas las cosas buenas”.

Y emprendió el buen camino… hasta que de nuevo salió su lado oscuro. Aunque los dirigentes del PGA Tour trataron de ocultarlo con un lenguaje políticamente correcto, o sea, hipócrita, diciendo que su apartamiento de la competición durante seis meses en 2014 era “una excedencia para resolver problemas personales”, lo cierto es que lo que ocurrió es que Johnson había dado por tercera ver positivo en un control antidopaje, y nada menos que por cocaína (los anteriores, en 2009 y 2012, habían sido uno por esa misma droga y otro por marihuana). Johnson no llegó a reconocer nunca el motivo de su sanción, negó ser consumidor de cocaína y dijo que su retiro de la competición había estado relacionado con el abuso del alcohol para lidiar con el estrés: «Mi forma de sacármelo de encima era bebiendo o saliendo de juerga», alegó, y reconoció haberse puesto en manos de expertos para aprender a manejar la presión y las situaciones de riesgo.

Por si le faltara al jugador alguna salsa en su complicado plato existencial, un periodista de la cadena Fox escribió que no era ningún gran secreto que Johnson había tenía aventuras sexuales con las esposas de dos jugadores del PGA Tour, uno de los cuales se divorció a raíz de que trascendiera el espinoso asunto.

Visto el inquietante panorama, cuando empezó a salir con su actual pareja, el padre de ella, Wayne Gretzky, le advirtió de que se tendría que comportar de otra manera si quería continuar con esa relación. Y de momento parece que Johnson está cumpliendo.

Tumultuosa vida personal al margen, el actual mejor golfista del mundo según el ranking está viviendo una etapa deportiva de ensueño.

Parece que su responsabilidad como padre (su primer hijo nació en enero de 2015 y el segundo, en 2018) encarrilaba de nuevo –y veremos si definitivamente– la vida de este grandísimo golfista.