Está sin duda Justin Rose disfrutando de uno de los mejores momentos de su carrera. El número uno del mundo lleva diez años consecutivos ganando torneos por todo el mundo, en Europa, Asia y América, y a finales de enero, al imponerse en el Farmers Insurance Open, se convertía en el tercer jugador europeo desde la Segunda Guerra Mundial en sumar diez triunfos o más en el US PGA Tour, siguiendo los pasos de Sergio García y Rory McIlroy.

Lo de jugador europeo se da en su caso por descontado, aunque lo cierto es que Rose nació en Sudáfrica (Johannesburgo), si bien muy pronto, cuando tenía 5 años, su familia emigró y se estableció en Inglaterra, donde el pequeño Rose empezó a jugar en serio al golf en un club cercano a su casa de Hampshire. En serio porque con sólo once meses ya pegaba bolas en el jardín de su casa sudafricana con un palo de plástico que le había comprado su padre. Su destreza en el golf se hacía patente a medida que iba creciendo: con 11 años hizo su primera ronda por debajo de los 70 y a los 14 ostentaba handicap +1.

A los 17 años era ya un fuera de serie, y su nombre se catapultó a los focos mediáticos mundiales cuando a esa edad quedó cuarto –empatado con Fred Couples– en el Open Británico de 1998, que ganó Seve Ballesteros, obteniendo la Medalla de Plata como mejor amateur. Al año siguiente se hizo profesional.

Sus comienzos en el Circuito Europeo no fueron lo fructíferos que ansiaba, y en los 44 torneos que disputó en 1999 y 2000 no logró ningún top 10. Los buenos resultados empezarían a llegar al año siguiente: dos segundos puestos y cuatro top 10, y en 2002 empezaría a hacer realidad sus sueños, al cosechar nada menos que cuatro triunfos: Dunhill Championship y British Masters en Europa, Nashau Masters en Sudáfrica y Chunichi Crowns en Japón), y siete top 10, cerrando la temporada noveno en el ranking del Viejo Continente.

En 2003, Rose comenzó a compatibilizar el Circuito Europeo con el Americano, destacando su quinto puesto en el US Open. Repitió el año siguiente la alternancia de circuitos, y en 2005 se decantó en exclusiva por el de Estados Unidos, donde obtuvo tres top 10. El año siguiente continuó jugando en tierras del Tío Sam y por otras latitudes y ganó su quinto título, el Australian Masters.

En 2007 volvió a disputar el Circuito Europeo, donde ganó el Volvo Masters en Valderrama y el Masters de Australia y quedó segundo en tres torneos, totalizando nueve to 10, por lo que no es de extrañar que coronase la temporada como número uno del ranking del European Tour.

Su siguiente victoria se haría esperar, ya que no fue hasta 2010, cuando ganó el Memorial Tournament del US PGA Tour. A partir de ahí, por suerte para él, todos los años ganaría al menos un torneo. En el Circuito Americano triunfó en el BMW Championship de 2011, el World Golf Championships-Cadillac Championship de 2012, el US Open de 2013 (su primer y de momento único grande), el Quicken Loans National de 2014, el Zurich Classic of New Orleans de 2015, el World Golf Championships-HSBC Champions y el Fort Worth Invitational de 2018 y el Farmers Insurance Open de este año. Y sus otras victorias internacionales fueron las del Scottish Open de 2014, el UBS Hong Kong Open de 2015, los Juegos Olímpicos de 2016, el Indonesian Masters 2017 y el Turkish Airlines Open de 2017 y 2018.

Muy cerca de la Chaqueta Verde

Sus incursiones en el Grand Slam después de su exitoso debut como amateur en el Open Británico de 1998 y ya con el estatus de profesional, se han saldado hasta el momento con la mencionada victoria en el US Open de 2013, cuando se impuso a Phil Mickelson y Jason Day, habiéndose quedado con la miel del triunfo en los labios, o sea, segundo, en dos ocasiones: en el Masters de Augusta de 2015, que ganó Jordan Spieth, y en el de 2017, cuando Sergio García lo superó en el primer hoyo de desempate. En el US PGA Championship su mejor clasificación ha sido tercero, en 2012, y en el Open Británico su actuación más brillante se ha saldado hasta ahora con una cuarta plaza, en el ya lejano 1998.

Rose, ganador de la FedExCup la temporada pasada, en la que se coronó por primera vez número uno del ranking mundial, está en la cresta de la ola y disfrutando de uno de los mejores momentos de su vida deportiva. A sus 38 primaveras y estrenando en el año con nueva marca de palos (Honma), Rose sigue la buena estela que protagonizó en 2018 y hasta su triunfo a finales de enero en el Farmers Insurante Open acumulaba trece top 10 en sus últimas apariciones en el US PGA Tour, incluyendo tres top 3. Gracias a los 8,1 millones de dólares que ganó el año pasado (sin contar los diez millones que le reportó su triunfo en la FedExCup) y a los 1,2 que se embolsaba por su triunfo de enero, el jugador inglés ha franqueado la barrera de 50 millones de dólares en ganancias en el Circuito de Estados Unidos.

Medalla de oro

A la decena de victorias cosechadas en el US PGA Tour (la primera en 2010), hay que sumar la docena que ha protagonizado en otras latitudes y circuitos, incluida la de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, cuando el golf retornaba como deporte olímpico tras una larguísimo paréntesis de 112 años, desde 1904. Rose lograba la medalla de oro al superar por dos golpes al sueco ex número uno del mundo Henrik Stenson. Escribió Justin otro capítulo en la historia de este deporte cuando, en la ronda inicial, embocó el primer hoyo en uno de unos Juegos Olímpicos (173 metros con hierro 7).

Rose, tras haberse estado alternando cinco semanas consecutivas al frente del ranking mundial con Brooks Koepka desde el pasado noviembre, conseguía despegarse del norteamericano a principios de enero para afianzarse en el liderato.  De todas formas, no puede dormirse en lo laureles porque aspiran a arrebatarle el cetro mundial rivales tan peligrosos com el propio Koepka, Dustin Johnson y Justin Thomas. 

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En corto

• Cuando el golf no absorbe su cuerpo y su mente, Rose dedica su tiempo a su esposa, la ex gimnasta internacional Kate Phillips –con la que creó una fundación de carácter benéfico para ayudar a niños de familias de bajos recursos de Orlando– y a sus dos hijos, Leo, de 9 años, y Charlotte, de 6.

• Entre las aficiones de Rose,que tiene fijada su residencia en las Bahamas y casas en Gran Bretaña y Florida, destacan el tenis, el fútbol, los coches, la arquitectura y ver películas. El equipo de fútbol de sus amores es el Chelsea.

• Su singladura por el Circuito Europeo antes de enrolarse en el  de Estados Unidos tuvo sus altibajos. En  el lago negativo, se vio obligado a pasar dos veces por la Escuela de Clasificación; en el positivo, fue número uno la temporada 2007.