El Caballero Negro y la mejor golfista del presente siglo tienen algo muy grande en común, además de su pasión por el golf: un buen puñado de majors, diez ella y nueve él.

Comparten la cuarta posición del ránking de jugadores con más grandes ganados en su carrera con otras dos estrellas: Ben Hogan y Babe Zaharias, también con nueve y diez, respectivamente. Entre las más célebres frases del jugador sudafricano destaca la que dice: “Cuanto más practico, más suerte tengo”. Lo de Gary Player, nacido en Johanesburgo el 1 de noviembre de 1935 (83 años), es una vida trufada de éxitos, al menos en el plano deportivo. Apodado “El Caballero Negro” debido a su indumentaria golfística en la que predominaba ese color,  ganó en su dilatada carrera profesional un total de 163 torneos internacionales en todo el mundo, incluidos nueve grandes (tres Masters, tres Open Británicos, dos PGA Championships y un US Open).

Player se convirtió en el primer golfista no europeo ni norteamericano en alcanzar el estrellato mundial. El Caballero Negro, hijo de un minero, se hizo profesional en 1953, con 18 años, y casi inmediatamente dominó el golf surafricano. Cuando viajó a Inglaterra en 1955 se decía que no tenía suficiente madera como para triunfar en el mundo del golf y que sería mejor que se buscase otra profesión. Pero los agoreros se equivocaron y, cuando volvió al año siguiente a Gran Bretaña, Player ganó el Dunlop Masters en Sunningdale. Ese mismo año ganaba su primer Open de Suráfrica.

En 1957 se enroló en el PGA Tour, el Circuito de Estados Unidos. Su primer triunfo en el Grand Slam llegaría un par de años más tarde y tuvo como escenario suelo europeo, ya que fue el Open Británico. Player rompió muchas marcas a lo largo de su dilatada y exitosa carrera como golfista profesional. Por ejemplo, se convirtió en el primer jugador no americano en ganar el Masters de Augusta, lo que ocurrió en 1961, temporada que coronó como número uno en ganancias del Circuito Norteamericano. Al año siguiente se imponía en otro grande, el PGA Championship, y Player completó la serie del Grand Slam al ganar, en 1965, el US Open. Fue por aquel entonces el tercer golfista de la historia en ganar los cuatro torneos del Grand Slam.

Su última victoria en un grande, la novena, acaecería en 1978 en el Augusta National gracias a una soberbia última ronda de 64 que el surafricano había empezado con siete golpes más que el líder del torneo.  Sus nueve triunfos en los grandes suponen la tercera mejor marca de la historia del Grand Slam. El Caballero Negro fue el único jugador en ganar el Open Británico en tres décadas diferentes durante el siglo XX.

Era este del Masters su noveno triunfo en el Grand Slam. La colección de victorias de Player fue extraordinaria, ya que cosechó 163 de carácter internacional., de los cuales 24 tuvieron como escenario el Circuito Norteamericano. Player ganó al menos un torneo por temporada nada menos que durante 27 años seguidos. Ya en su madurez, a partir de los 50 años, se enroló en el Circuito Senior de Estados Unidos., donde se impuso en un total de 19 torneos.

Player fue, por supuesto, profeta en su tierra y conquistó trece veces el título de campeón del Open de Suráfrica. Ganó además el de Australia en siete ocasiones, y el Mundial Match Play en cinco.

Entre las frases más famosas que se le atribuyen destacan dos: la ya citada “Cuanto más practicas, más suerte tienes” y “He estudiado el golf duarante casi 50 años y sé un montón de nada”.

Player ha recibido innumerables premios, galardones y distinciones a lo largo de su vida, destacando su inclusión, en 1974, en el Hall Mundial de la Fama del Golf o el premio al Deportista Surafricano del Siglo.

Al margen de su vida deportiva, Player se distinguió por sus esfuerzos a la hora de mejorar los problemas de discriminación racial en su país natal, ya que gran parte de su vida la vivió en la etapa en que Suráfrica fue escenario del apartheid. El golfista fundó la Fundación Player para promover la educación de niños surafricanos sin recursos, y esa entidad construyó una escuela en Johannesburgo que educa a más de medio millar de estudiantes.

Cuando la alta competición empezó a darle más respiros, Player se dedicó al diseño de campos de golf, una faceta que se le ha dado muy bien, a tenor de los más de 200 que ha firmado en todo el mundo.

Una de sus aficiones al margen del golf es la crianza de caballos de carreras.

Su relación con el golf y con la vida en general es un reflejo de la de Ben Hogan en el sentido de que practicaba y se preparaba de forma casi obsesiva. Seguía un intensísimo régimen de ejercicios, y todavía en la actualidad se prepara físicamente como si fuese una persona varias décadas más joven.

ANNIKA SORENSTAM, UN TALENTO EXCEPCIONAL

Es Annika Sorenstam la golfista con el mejor historial del último cuarto del siglo XX. En 2008, con 38 años, decidía retirarse y ponía fin a una ilustre carrera de tres lustros en el Circuito Femenino de Estados Unidos (LPGA Tour), en el que había ganado 72 torneos, entre ellos 10 majors, y se había embolsado 22 millones de dólares sólo en premios, además de haber hecho historia al jugar contra sus pares del circuito masculino.

“He disfrutado mucho jugando al golf”, afirmó Sorenstam en el último torneo de su brillantísima carrera deportiva. “Han sido grandes años y he tenido la oportunidad de tener una larga carrera y compartir mis recuerdos con mis fans”, aseguró entonces la golfista sueca.

Sus quince temporadas en el Circuito Femenino de Estados Unidos (LPGA Tour) se habían saldado con uno de los historiales más espectaculares del golf femenino: 10 majors y otras 62 victorias. Tan sólo dos jugadoras la han superado en número de triunfos en la historia de este deporte: Kathy Whitworth, con 88, y Mikey Wright, con 82. En cuanto al Grand Slam, sólo tres ganaron más majors: Wright (13), Patty Berg (15) y Louise Suggs (11), y una registró las mismas victorias en grandes (10) que Annika: Babe Zaharias.

Sorenstam se retiró del golf para dedicarse a sus negocios y tener familia, y al año siguiente se casó (era su segundo matrimonio) con Mike McGee, con quien ha tenido dos hijos.

Sorenstam reinó en el golf femenino como muy pocas, especialmente durante un periodo de cinco años en el que ganó 43 títulos y figuró entre las tres primeras en casi el 70 por ciento de las ocasiones.

Más allá de sus logros, entre ellos la única mujer con una ronda de 59 golpes, 10 títulos grandes y una de las seis mujeres que han completado el Grand Slam, Sorenstam se hizo famosa por medir sus fuerzas con los hombres en el terreno de juego. La sueca se convirtió en la segunda mujer en jugar un torneo masculino. La primera fue Babe Zaharias, en 1945. Lo de Annika fue en el Colonial en 2003. No superó el corte, pero recibió elogios por la manera en que se manejó en medio de tanta atención.

Fue elegida Jugadora del Año del LPGA Tour en ocho temporadas, incluyendo cinco consecutivas. La mexicana Lorena Ochoa fue quien puso fin a esa racha, en 2006.

Con 72 victorias, Sorenstam, miembro del Salón de la Fama del Golf Mundial, aparece tercera, como ya se ha mencionado, en la lista de ganadoras de todos los tiempos, detrás de Kathy Whitworth (88) y Mickey Wright (82). Whitworth, que nació en 1939 en una localidad de Texas, se convirtió en 1981 en la primera golfista en acumular un millón de euros en ganancias en el LPGA Tour. Su última victoria acaeció en 1981, y entre sus 88 triunfos (diez logrados en su mejor temporada) figuran seis majors. Wright, por su parte, nació en San Diego, California, en 1935, y se impuso en trece majors (sólo fue superada en victorias en el Grand Slam por su compatriota Paty Berg, que sumó quince). En su mejor temporada, ganó trece torneos, y en otra se adjudicó tres majors. Se retiró a los 34 años por una lesión de rodilla.

Annika, que tiene una hermana también golfista profesional, lidera la lista de ganancias  como profesional, con más de 22 millones de dólares a lo largo de su carrera, con una ventaja de más de 2 millones con respecto a la segunda de la clasificación, la australiana Karrie Webb, de 43 años.

Tras haber destacado en el esquí y jugado también al fútbol, Annika empezó a pegar sus primeros golpes golfísticos a los 12 años y, tras una impresionante etapa amateur, se hizo profesional con 21 años, en 1992. Como no consiguió la tarjeta del LPGA Tour por un solo golpe, empezó su carrera profesional enrolándose en el Circuito Europeo Femenino (LET), donde al final de su primera temporada, en la que quedó cuatro veces segunda, fue elegida Novata del Año.

La primera victoria de Sorenstam como profesional llegó en 1994 en el Australia Open, del Circuito Femenino Australiano. En Estados Unidos obtuvo el título de Novata del Año del LPGA Tour en una temporada en la que se anotó tres top-10, incluido un segundo puesto en el Open Británico femenino. La siguiente temporada, 1995, fue la de su despegue definitiva. Ganó su primer título norteamericano, el US Women’s Open, terminó como número uno de la lista de ganancias y fue la primera jugadora no estadounidense en hacerse con el Vare Trophy a la mejor de la temporada. Se convirtió en la segunda golfista en ser elegida Jugadora del Año y ganar el Vare Trophy al siguiente año de haber sido designada Novata del Año. Cosechó además un triunfo en el Australian Masters y otros dos en el Circuito Europeo, y se convirtió en la primera en terminar la temporada como número uno de ganancias tanto en el LPGA Tour como en el LET.

Al margen de la competición, se convirtió en una empresaria de éxito en varias facetas, todas ellas bajo la marca que lleva su nombre, Annika y cuyo lema es  “Comparte mi Pasión”. Aparte de ser diseñadora de campos y tener una academia de golf en Florida, la ex número uno del mundo tiene negocios de ropa de golf, vinos y perfumes.