El RCG Guadalmina, uno de los clubes más emblemáticos de España, ha sido abanderado del golf desde su apertura, en 1959, sin perder hasta hoy en día ni un ápice de su esencia y señorío.

El año en que el presidente Eisenhower llegaba a Madrid en visita oficial fue también en el que Guadalmina Golf abría sus puertas. Un cuidado diseño de Javier Arana, creador del recorrido primigenio (Campo Sur), al que siguió en 1973 el trazado de Folco Nardi (Campo Norte), ha hecho que este club, desde sus orígenes, sea considerado como uno de los grandes de España.

El demiurgo de este club, decano de Marbella y sólo superado en antigüedad en la Costa del Sol por el Club de Campo de Málaga (hoy Parador de Málaga Golf), fue un ingeniero agrónomo vasco Norberto Goizueta, que adquirió en 1934 por 505.000 pesetas (unos 3.000 euros) una finca agrícola de 400 hectáreas por la que fluía el río Guadalmina.

Durante veinticinco años se desarrolló una intensa actividad ligada a la tierra, con predominio de recolección de caña de azúcar, y a las múltiples posibilidades de riqueza que ello generaba para la zona. Muy lejos de la que sería la verdadera y definitiva utilización de aquel terreno que cambiaría cinco lustros después los tonos terrosos por la tonalidad verde.

Goizueta era habitual de una tertulia madrileña en la que compartía conversación con Ricardo Soriano, marqués de Ivanrey. El primero acababa de comprar una finca de 22 hectáreas en Rodeo Alto y Rodeo Bajo que cedió al marqués ya que la escritura aún no había sido firmada. Tiempo después, dialogando ambos sobre lo divino y lo humano, surgió la posibilidad de importar un modelo de atractivo turístico para Marbella basado en la práctica deportiva, hallando la excusa perfecta para iniciar la construcción de los nueve primeros hoyos de Guadalmina. A mediados del siglo pasado, Marbella apenas contaba con 10.000 habitantes (unos 150.000 en la actualidad).

Por aquel entonces hablar de césped bermuda conformando los greenes resultaba risible, de tal forma que en Sevilla existían campos a base de arena y gasoil, modelo completamente inexportable para una zona turística en ciernes como la Costa del Sol. En aquel entonces el único campo que existía en la provincia era el del Club de Campo de Málaga, que era de arena. Se puede decir que el primer campo de golf costasoleño con los estándares modernos fue el de Guadalmina.

SORIANO, HOHENLOHE Y BANÚS

A Ricardo Soriano le siguieron Alfonso de Hohenloe, emparentado con la nobleza, y José Banús, enlazado con el poder político en España debido a su buena relación con Franco, basada en la construcción de los barrios de El Pilar y La Concepción en Madrid. El golf y la inauguración de Puerto Banús serían claves para el desarrollo de la Costa del Sol como el gran destino turístico que hoy es.

A los tres se les califica con el nombre de pioneros de Marbella aunque, indudablemente y a la vista de los datos reseñados, a Norberto Goizueta habría que asignarle un papel estelar en el descubrimiento de una de las zonas turísticas más importantes del continente europeo. Goizueta fue un visionario y uno de los pioneros del deporte del golf en nuestro país. Su afición por viajar, su pasión por otras culturas son claves para entender su espíritu emprendedor.

Atraído por los complejos golfísticos enclavados en Estados Unidos y aplicando sus conocimientos de ingeniero agrónomo, encomendó a Javier Arana el diseño de los primeros 9 hoyos de Guadalmina Golf (el campo tomó el nombre del río que circunda parte de su recorrido), convirtiéndose en uno de los primeros campos de Andalucía e inaugurando sus instalaciones en el año 1959. El resto de hoyos, hasta completar el trazado actual, es obra de Folco Nardi. En 1964 los 18 hoyos del campo sur eran ya una realidad.

REAL TÍTULO

El club, al que en 2008 le era concedido por el Rey Juan Carlos el título de Real Club de Golf, atesora entre sus recuerdos de casi seis décadas la presencia en sus instalaciones de personalidades ilustres, que han contribuido a reforzar una imagen de prestigio y notoriedad. Además, desde sus orígenes ha marcado una impronta en el terreno de la alta competición, siendo sede de importante pruebas organizadas por la Real Federación Española de Golf y por la Real Federación Andaluza de Golf, además de sede de pruebas de renombre en el ámbito golfístico nacional e internacional, entre los que caben destacar el Open de España Femenino del Circuito Europeo, disputado en el Campo Sur el año pasado, y las Escuela de Clasificación del Tour Europeo en 1995 y 1996.

Aunque si hay un factor diferencial en el devenir de Guadalmina durante su dilatada existencia, éste ha sido su inequívoca apuesta por todas aquellas causas solidarias que intentaban paliar el sufrimiento de unos con el apoyo de otros muchos. De esta manera, la Asociación Española Contra el Cáncer, Nuevo Futuro, Cruz Roja Española y Manos Unidas, han conseguido, gracias al auspicio de Guadalmina, encarar proyectos de ayuda para España y diferentes puntos de los cinco continentes.

ETAPA DE ESPLENDOR

Cumpliéndose los augurios de Norberto Goizueta, fue a partir de la década de los 60 cuando el club comenzó a vivir su etapa de máximo esplendor. Desde toda Europa venían a jugar al golf a Guadalmina y muchos, atraídos por la amplitud de las parcelas de la zona, de unos 5.000 metros en la parte sur, compraban y se asentaban aquí. La parte norte se ofrecía en parcelas de 1.000 metros, que sobre 1986 se vendería en bloques. En la época estival eran frecuentes las fiestas en la que se reunía lo más granado de la sociedad, las mejores familias del continente, que le dieron al club, a Marbella y a la Costa del Sol una gran proyección internacional.

El Rey Juan Carlos, el Marqués de Nájera, o la Condesa de Windsor, quien entregaba los premios de la Copa que llevaba su nombre y que se jugaba en Guadalmina, fueron algunos de los personajes ilustres que pasaron por aquí.

El Real Club de Golf Guadalmina atesora entre sus recuerdos la presencia en sus instalaciones de personalidades ilustres, que han contribuido a reforzar una imagen de prestigio y notoriedad, como Sean Connery, gran amante del golf, Ataulfo de Orleans y Borbón, Marisa de Borbón, la emperatriz Soraya de Persia, Bessie Wallis Warfield, duquesa de Windsor, el Marqués de Viluma, el Conde de Villapadierna o los expresidentes del Gobierno de España Adolfo Suárez y José María Aznar.

Actores como Stanley Baker o Lily Palmer y grandes cantantes de blues como Duke Ellington forman parte también de la historia de aquellos que dieron renombre al club. Autoridades de la época y poderosas familias de la banca española, atraídos por la tranquilidad del lugar, hacían de Guadalmina su segunda residencia.

Cuando el entonces ministro de Turismo Manuel Fraga Iribarne inauguró el campo de golf se le regaló una bolsa de palos y bromeando comentó jocosamente: “¡Cuánta satisfacción debía ser darle tantos palos a un ministro!”.

LA GRAN FAMILIA DE GUADALMINA

Norberto Goizueta tuvo un sueño: crear un club de golf, un proyecto que proporcionó prosperidad a Marbella y San Pedro Alcántara. Desde el primer día contó con socios que llegaron a ser grandes amigos, amigos de la familia que se convirtieron en socios, niños que se formaron en la escuela de caddies y que se labraron un futuro gracias al club, trabajadores fieles, que después de decenas de años siguen formando parte de la plantilla; todos forman parte de la gran familia del Real Club de Golf Guadalmina.

Aún en los tiempos difíciles, la familia Goizueta y los trabajadores se mantuvieron unidos. Nunca se dejaron de pagar sueldos y es difícil recordar algún conflicto laboral con la plantilla.

Todos son conscientes de que el golf no descansa nunca, 365 días al año. Para un golfista, venir a jugar el 1 de enero temprano era la mejor forma de comenzar el Año Nuevo. En Guadalmina podían hacerlo, comenzar a jugar con los primeros rayos de sol.

El éxito del Real Club de Golf Guadalmina reside en que muchas generaciones de diferentes estamentos han estado íntimamente ligados al club en momentos importantes de su vida y así lo sigue sintiendo la actual plantilla del club, con Ignacio del Cuvillo al frente como director y con Juan Ramón Martínez Landazábal como presidente.

El RCG Guadalmina ha sdo y sigue siendo  un club muy cosmopolita, con gran variedad de nacionalidades (una veintena en la actualidad) y predomino de españoles, aproximadamente la mitad de la masa social. Hay una gran presencia de  británicos y de golfistas de países nórdicos, y un número significativo de italianos, alemanes y franceses.

Además de las realizadas en el mantenimiento y mejora de los campos de golf, en los últimos años se han hecho inversiones considerables en la renovación de distinas instalaciones del club, destacando la construcción de una nueva nave de mantenimiento,  del nuevo edificio que alberga el cuarto de palos, la tienda y el caddie master,  y de un gimnasio.

NUEVOS RETOS DEPORTIVOS

Es a partir de esta remodelación cuando los retos deportivos fueron llamando a la puerta del club: el Campeonato de Europa Master Senior, el Trofeo Marissa Sgaravatti, el Campeonato de España de Pitch & Putt, el Memorial Santi Ollé, el Campeonato Interautonómico Absoluto, los Campeonatos Absolutos Femeninos de todas las categorías y la Copa Andalucía Masculina en cuatro ocasiones, que junto con el Memorial Norberto Goizueta aportan dos pruebas válidas para el Ranking Mundial, así como la Copa Puerta de Hierro que se disputó en el RCG Guadalmina gracias al triunfo en la anterior edición en La Cañada , de nuestro socio Ángel Hidalgo Portillo, actual campeón de España Absoluto.

En el plano profesional, el club ha sido sede de una prueba del Alps Tour del Circuito Europeo, el Campeonato de España Femenino y el Open de España Femenino, “la prueba más exigente para la capacidad de organización de nuestro club“, apostilla Cuvillo, “que finalizó con el mayor éxito imaginable, la victoria de nuestra Socia de Honor y máximo exponente de nuestra escuela hasta estos días, Azahara Muñoz Guijarro”.

NUEVAS INSTALACIONES

Alo largo de los casi 30 años de existencia desde que en 1989 cambiara de manos, tras la constitución de Guadalmina Golf S.A., el club ha visto cómo ha ido aumentando el número de socios accionistas, frente a los antiguos abonados de la época bajo la gestión de la familia Goizueta.

Para poder hacer frente a las necesidades de esta masa social se han realizado varios proyectos, como la ampliación de la cafetería, y las terrazas aledañas, la creación de un gimnasio exclusivo para los socios, y  un club infantil.

Se ha construido en un edificio exento una nueva tienda, que acoge al caddy master y un nuevo cuarto de palos, que ofrece guardería de buggys y la flota de carritos eléctricos.

“Hemos mejorado las instalaciones de prácticas”, explica el director del club, “con la construcción de un putting green, zona de chipeo y bunker de prácticas, y una plataforma cubierta, y en breve abriremos una nueva zona con idénticas instalaciones, que servirá para que los socios puedan disponer de dos opciones, y sobre todo sea la sede oficial de la Escuela de Guadalmina, que sin duda es el mejor exponente de la filosofía de club como el que que pretende ser el Real Club de Golf Guadalmina”.

EJEMPLO DE SERIEDAD Y COMPROMISO

En los primeros años de la década de los 90 el gran profesor Francisco Hernández Núñez le propuso al que por aquel entonces era el  director de Guadalmina, Álvaro Beamonte, que sería conveniente promocionar el club a través de la creación de una escuela.

Guadalmina había sido representada a nivel infantil por jugadores que en su mayoría pertenecía a otros clubes de Madrid, Bilbao, Sevilla,  etc. Pero con la llegada de los nuevos socios accionistas llegaron los primeros jugadores infantiles forjados y criados en Guadalmina con la ayuda de Nina Digsmed. “Y empezaron a sonar”, dice Cuvillo, “nombres como Ibáñez, Cabanillas, Osorio, Gutiérrez Oneto, Muñoz Guijarro, Holgado, Araujo, Ruiz, Peña, Mencía, Gómez, Hernández,  y así un largo etcétera que fue dando prestigio al club y que con el pasar de los años ha ido consolidando un programa de formación de deportistas, y de grandes compañeros, que han sabido representarnos en los campos de golf de toda España, en algunas ocasiones con más éxito que otras, pero siempre siendo ejemplo comportamiento”.

Hoy el club destina una importante cantidad económica para garantizar que los nuevos jugadores tendrán la oportunidad de desarrollar su carrera deportiva en el plano amateur y, si el destino así lo decide, en el campo profesional. Prueba de ello es que cada año se celebra un proam en el que los 18 profesionales son ex alumnos de la escuela y los amateur son alumnos actuales.

La escuela actualmente está dirigida por Casto Gómez –él mismo ha visto cómo sus dos hijos han salido de la escuela y hoy son jóvenes promesas del golf– con la colaboración de Elena Peña, Salvador Ruiz y David Mencía.

En Guadalmina se cuidan todos los aspectos de la formación del jugador incluidos los aspectos psicológicos, pedagógicos y físicos.