Ser el club de golf más reconocido de España y uno de los grandes del mundo no es fruto de la casualidad, sino de una serie de factores que, precisamente, no son producto del azar. La clave es contar con unos buenos mimbres –léase finca y diseño– y hacer un trabajo constante y minucioso a lo largo del tiempo para mantener los superiores estándares de calidad que definen al Real Club Valderrama.

El escenario de la Ryder Cup de 1997, de los Campeonatos del Mundo American Express, de los Volvo Masters, del Open de España y de otros muchos torneos de máxima categoría está perfectamente preparado para albergar el próximo mes de octubre una nueva y renovada cita del Andalucía Valderrama Masters.

Recientemente ha finalizado una de las últimas actuaciones del plan de inversiones en el campo que comenzó hace cinco años. El director general del Real Club Valderrama, Javier Reviriego, explica estos últimos trabajos.

“La obra”, señala, “ha consistido en la renovación de todos los greenes y antegreenes de los primeros nueve hoyos. Tenían más de veinte años y se decidió renovar agronómicamente todos, sin cambiar absolutamente nada el diseño. Esta primera fase ha afectado a los hoyos 1 al 9, y el invierno que viene haremos del 10 al 18”. Los trabajos de renovación de los greenes de los nueve primeros hoyos han durado diez semanas y finalizaron en febrero.

“También hemos aprovechado”, prosigue Reviriego, “para rehacer todos los caminos de buggies, que tenían ya bastantes años, con un nuevo diseño e incluso un nuevo routing en muchos de ellos, y para quemar y resembrar todas las zonas de rough del campo con el fin de darles mayor uniformidad”.

“En resumen”, sintetiza el director general del Real Club Valderrama, “ha sido una actualización, una renovación bastante completa del campo, con la que damos por terminado el plan de inversiones que empezamos en 2012 y que ha consistido en renovar prácticamente todo el campo”.

Reviriego se siente “muy satisfecho” de los resultados. ”Han sido”, explica, “cinco años de muchos trabajos: el riego, los bunkers, la zona de juego corto, el campo de prácticas, todo los tees del campo, poda de árboles…, y ya con esto consideramos que el campo está a un nivel con el que podemos competir con los mejores clubes del mundo, que son con los que nos comparamos. El campo, lógicamente, tenía ya unos años y necesitaba inversión para poder mantenernos en primera línea”.