Establecida en nuestro país desde hace sesenta años, Taylor Wimpey España es filial de Taylor Wimpey PLC, promotora inmobiliaria multinacional cotizada en bolsa con sede en el Reino Unido. Esto significa seriedad y solvencia en todas las promociones que desarrolla, y total seguridad para el comprador de sus viviendas.

Especializada en turismo residencial, esta compañía líder opera en nuestro país en la Costa del Sol, Mallorca y la Costa Blanca. Su director en Andalucía, Ignacio Oslé, habla en esta entrevista de la pujanza de la firma en la Costa del Sol.

–¿Qué promociones inmobiliarias está desarrollando en al actualidad Taylor Wimpey ligadas a campos de golf costasoleños?

–Ahora mismo estamos promoviendo un proyecto de 90 apartamentos mirando a Los Arqueros Golf que se llama Botanic; otro proyecto, Le Caprice, de 14 apartamentos muy exclusivos en La Quinta Golf con unas vistas espectaculares al hoyo 3; dos proyectos más, que se llaman Green Golf, de apartamentos y adosados en Estepona Golf, y por último un gran proyecto inmobiliario, de más de mil viviendas, que vamos a desarrollar en La Cala Golf Resort, en Mijas. Actualmente tenemos allí un proyecto que se llama Grand View, de 60 apartamentos, y de otro denominado Natura, de adosados.

–¿Cuántas viviendas tienen ahora mismo en marcha en la Costa del Sol?

–En desarrollo calculo que tendremos unas seiscientas activas, finalizando planificación y en pleno desarrollo.

–¿Considera que la promoción inmobiliaria es imprescindible para la rentabilidad de un campo de golf, o el campo se podría mantener exclusivamente con los ingresos por green fees?

–Sí pueden ser rentables por sí solos, lo que ha pasa es que, desde que se construye el campo de golf hasta que se consigue ponerlo en valor en el mercado, hay un periodo de entre cinco y diez años en el que necesita un apoyo extra económico para amortizar la inversión, y normalmente ese momento es deficitario. Luego, con una buena gestión, un buen equipo y afinando costes, un campo de golf se puede convertir en un negocio rentable por sí mismo.

–La Costa del Sol está viviendo una nueva etapa de ebullición del mercado inmobiliario. ¿Cómo van las ventas y qué tipo de clientela, por nacionalidades, predomina entre los compradores?

–Realmente en la venta sobre plano se está produciendo un incremento muy grande en los tres últimos años. Nosotros en un primer momento estábamos casi solos en el mercado y fuimos un poco los primeros testigos de esta nueva realidad. Ahora mismo, el inglés sigue siendo el cliente prioritario a pesar del Brexit, incluso este año se ha vuelto a recuperar, porque tuvimos una pérdida de casi el 20 por ciento el año pasado, pero la gente ya vuelve a tener una cierta confianza en su economía interna y por lo tanto está volviendo a comprarnos casas. El siguiente cliente es el escandinavo, le sigue el belga y el ruso, y luego tenemos un crisol de nacionalidades increíble, que es un fenómeno único en toda España que no se repite en otros mercados como Costa Blanca o Mallorca, donde más bien se trata de un cliente británico y ruso. Aquí en cambio es un cliente multinacional, y eso es lo que nos permite ser un destino turístico residencial único en el mundo.

-¿Es el español todavía un cliente minoritario como comprador de casas ligadas a campos de golf?

–Sigue siendo minoritario, y en la Costa del Sol realmente todavía no notamos que el español esté adquiriendo una segunda residencia. Creo que va a ser el reto en los próximos cinco años: que vuelva ese cliente, que tenga capacidad económica y que empiece a adquirir viviendas en campos de golf.

–¿Una vivienda tiene un valor añadido por estar en un campo de golf?

–Sin duda. Son viviendas que mantienen el valor incluso en periodos de crisis inmobiliaria en los ciclos económicos. Tienen también un valor potencial de alquiler para jugadores de golf, lo cual es importante, y además los entornos no se deterioran, es decir, los campos de golf, que son como un gran jardín, tienen un mantenimiento muy bueno, además de seguridad... También hay que resaltar que es un mercado muy dinámico, que los clientes compran y venden viviendas en campos de golf porque son muy demandadas y por lo tanto tienen un alto valor añadido.

–¿Son sólo golfistas los que compran casas junto a un campo de golf o también los hay que no juegan pero les gusta tener un gran jardín delante de su propiedad?

–Según nuestras estadísticas y con nuestra experiencia como gestores de campos de golf en el pasado, podemos decir que solamente el quince por ciento de los que nos han adquirido viviendas en los últimos diez años eran puramente jugadores de golf. Ellos han buscado el entorno del golf como lugar de residencia por la seguridad que les da, por la calidad de sus calles, por tener una casa club, por sentirse arropados dentro de una comunidad con un cierto status económico y de ocio… Y luego sí, poco a poco se han ido enredando con el golf. Aquí en la Costa del Sol la foto que busca el cliente extranjero es el gran jardín del golf y las vistas al mar con Gibraltar al fondo: es El Dorado de la vivienda a la que todo cliente aspira aquí.

–En los últimos tiempos, tanto los precios de los alquileres como de las ventas están subiendo considerablemente en la Costa del Sol. ¿Cree que podríamos correr el riesgo de volver a sufrir una burbuja inmobiliaria?

–Para que hubiera una burbuja inmobiliaria, lo principal sería que existiese un gran stock de viviendas sin vender: ése es el factor crítico. Por lo tanto, no podemos hablar de una burbuja inmobiliaria a corto plazo. Lo que sí se puede decir del mercado de la segunda residencia en la Costa del Sol, y en Madrid y otras ciudades donde hay más demanda, es que estamos llegando a un periodo de madurez del sector donde ahora ya los precios han subido y no considero que vayan a subir mucho más, aunque los costes de construcción están subiendo, los márgenes se están apretando… en fin, ahora llega el momento del promotor con una calidad de gestión muy buena y mucho pulmón financiero para tener un pequeño margen de este negocio y gestionar muy bien tiempo, coste y rentabilidad.

–Taylor Wimpey ha sido propietario de un campo de golf en la Costa del Sol, Los Arqueros. ¿Piensa la compañía construir o adquirir alguno en un futuro próximo?

–Nosotros somos una promotora residencial y nos hemos dedicado por natural a hacer casas. Campos de golf hemos desarrollado ya varios, pero creo que en el futuro próximo nos vamos a centrar sólo en el turismo residencial propiamente dicho.