El más famoso de los campos de golf españoles, el Real Club Valderrama, presenta este espectacular aspecto visto desde las alturas. Loa auténticos birdies alados divisarán esta panorámica.
El uso de drones para captar imágenes aéreas ha propiciado una nueva perspectiva de los paisajes. La belleza de la vista desde el aire se hace evidente cuando el objetivo es de por sí todo un espectáculo, sea cual sea su ángulo de visión, desde las alturas o  desde tierra. Es el caso del campo del Real Club  Valderrama, cuya espléndida figura adquiere una nueva dimensión a vista de pájaro.

En esta fotografía se divisa la nueva zona de prácticas del campo escenario de la Ryder Cup de 1997 con sus cuatro greenes protegidos por bunkers. La estética de la imagen es indudable, resaltando especialmente la frondosa masa arbórea de alcornoques que constituyen la seña de identidad del famoso campo de golf costasoleño.

Es una pena que no existieran los drones durante aquella competición intercontinental en la que Seve capitaneó al equipo europeo que derrotó a los nortaemericanos. Las imágenes hubieran sido antológicas. O aquella vez que Tiger Woods superó a Miguel Ángel Jiménez en el último hoyo para alzarse con la victoria en el Campeonato del Mundo American Express, o aquella otra ocasión en el Volvo Masters en que Montgomerie y Langer compartieron el triunfo porque se acabó la luz solar... Las grandes historias del gran Valderrama.