Estábamos en el año 1975 cuando en Marbella se estrenaba el cuarto campo de golf del que con el tiempo se convertiría en el municipio con más instalaciones golfísticas de España (ahora 15).

En una localización privilegiada por la naturaleza –en el Valle del Golf, a cinco minutos de Puerto Banús– y el microclima que confiere la Sierra de la Concha con su protección de los vientos del norte, el más prestigioso diseñador español de campos de golf de todos los tiempos, Javier Arana, creaba una de sus grandes obras maestras: Aloha Golf.

El sello del excepcional diseñador vasco no sólo quedó reflejado en el espléndido recorrido golfístico, sino que suya también fue la elección del tipo de árboles y plantas que poblarían el campo, con la idea de poder disfrutar de ejemplares en flor en cualquier época del año.

Aloha, ciertamente, es un campo para deleitarse no sólo con el gran reto del golf, sino también con la visión y fragancia de la exuberante naturaleza que enmarca todo el trazado.

Este recorrido ha sido en tres ocasiones sede del Open de Andalucía, torneo del Circuito Europeo y en una del Open de España Femenino, perteneciente al Ladies European Tour. En el primero de los Open de Andalucía, disputado en 2007, se impuso el inglés Lee Westwood con un total de 268 golpes, 20 bajo par.  El jugador británico estableció en 64 el record del campo, y ese triunfo acabó con su sequía de victorias estableciendo un punto de inflexión en su carrera, que culminó elevándolo al número 1 mundial, destronando al mismísimo Tiger Woods un par de años después de su victoria en Aloha.

En 2008 la victoria en el club marbellí correspondió al francés Thomas Levet, con 272 impactos, tras un desempate ante Oliver Fisher. La tercera cita de ese torneo en Aloha aconteció en 2012 y se saldó con otra victoria francesa, la de Julien Quesne, con un global de 271 golpes.

El Open de España Femenino, disputado aquí el año pasado, se saldó con el triunfo por primera vez de una española, y además de una jugadora malagueña, Azahara Muñoz. La gran golfista marbellí se impuso, con 278 golpes, 10 bajo par, a la estadounidense Beth Allen por un golpe de diferencia.

Importantes mejoras

Aloha, en su propósito de presentar en todo momento un campo en perfectas condiciones, viene realizando desde hace años las inversiones necesarias para lograr ese objetivo. Ahora ha reabierto el campo tras haber permanecido tres meses cerrado para la realización de una importante reforma.

El director del club marbellí, Juan Álvarez, explica en qué ha consistido: “ “Básicamente el trabajo principal ha sido la mejora del sistema de riego para lograr a través de una perfecta triangulación de los nuevos aspersores y un control individual de cada uno de ellos una perfecta cobertura de riego, lo que desde el punto de vista de gestión agronómica del campo nos va a dar una herramienta muy, muy buena para que éste presente unas condiciones fantásticas”.

“Gracias este nuevo sistema de riego”, prosigue Álvarez, “se va a mejorar el mantenimiento del campo, la jugabilidad y la estética y va a pemitir ahorrar agua y energía, todo ello para que los socios tengan el campo en unas condiciones muy buenas durante todo el año, que es el objetivo”.

Sin duda, el importante trabajo de todos los implicados en el mantenimiento del campo de golf –con Angel Chacón a la cabeza– y los programas implementados por Troon, junto con las mejoras realizadas, van a suponer un salto cualitativo de primer nivel para Aloha. Y es merecedor de una mención especial, por su enorme dedicación y apoyo a todo el equipo, el capitán de campo del club, Rod Spinks.

Más actuaciones

Además de la mejora del sistema de riego más arriba descrita , otras actuaciones se han llevado a cabo en este histórico campo costasoleño durante los tres meses en los que ha permanecido cerrado. “Hemos renovado todas las plataformas de los tees, hemos hecho unas labores bastante intensas de pinchado, de eliminación de materia orgánica en los greenes, hemos arreglado ciertas zonas de los caminos, hemos realizado en suma trabajos que redundan tanto en la mejora de la estética como en la jugabilidad del campo”, dice el director del club, gran conocedor de la materia merced a su formación como ingeniero agrónomo.

“También”, añade, “hemos hecho una labor de recuperación muy importante de bermuda en los roughs, y luego hemos llevado a cabo unos trabajos muy intensivos de mantenimiento en el resto del campo, en las calles, antegreenes, búnkers…, y además hemos renovado el parque de maquinaria”.

Gracia a todas estas actuaciones, “tenemos una base sólida para que ahora podamos ofrecer a nuestros socios un campo en excelentes condiciones de mantenimiento, porque respecto al diseño, siendo un campo de Arana, está todo dicho”.

Aloha Golf es uno de los campos de la Costa con mayor profusión, variedad y belleza de arbolado, un auténtico vergel del que disfrutar visualmente mientras se avanza en el recorrido, que también tiene espléndidas vistas al mar. Y para poder catalogar la riqueza arbórea del club se está procediendo a hacer un inventario de todos los ejemplares. ”Era algo necesario porque aquí contamos con una gran variedad de especies: pinos, algarrobos, olivos, palmeras, araucarias, acebuches… La flora de Aloha es sin duda muy rica y variada”, asevera Álvarez.

Bogey fácil, par difícil

Respecto al terreno de juego en sí, el director de Aloha Golf resume la definición del campo de forma muy ilustrativa: “bogey fácil, par difícil, lo cual significa que los jugadores de handicap medio disfrutan”.

”No es un campo que suponga perder bolas”, continúa, “y el diseño ayuda mucho al jugador medio, pero al final Arana conseguía que el buen jugador tenga sus dificultades en conseguir un buen resultado. Es decir, que el campo está muy bien diseñado, y además es muy divertido jugarlo; se dice que es el clásico campo que puedes jugar todos los días y no resulta para nada monótono: siempre muestra algo nuevo”.

A la hora de resaltar algunos hoyos de este recorrido tipo parkland, de 6.293 metros y par 72, Álvarez cita todos los pares 3, “muy buenos y exigentes”, aunque si tuviera que destacar un sólo hoyo de Aloha Golf sería el 18 (par 4 de 410 metros desde blancas y 380 desde amarillas). “Como hoyo final, y aunque no lo fuera, es un hoyo que tiene algo especial: no es difícil y no es fácil, no se le hacen birdies fácilmente y puede acabar el asunto en drama si caes en el agua que hay a la izquierda… De hecho, en el Open de España Femenino que se jugaba el título entre Azahara Muñoz y Beth Allen, la americana la tiró al agua en el 18”.

Animada vida social

Aloha Golf, club presidido por el abogado Rafael Fontán, cuenta con 1.200 socios, entre cuyas nacionalidades predominan británicos, escandinavos y españoles, si bien hay ciudadanos de una gran variedad de países, y se caracteriza por su animada e intensa vida social.

“Siempre hay un buenísimo ambiente, hemos estado cerrados tres meses por las reformas y obviamente se ha notado un poquito, pero se ha mantenido la zona de prácticas y los pares 3 abiertos, por lo que los socios han seguido viniendo”. Álvarez señala que uno de los muchos alicientes que ayudan a la activa vida social del club es la gran calidad del restaurante, gestionado por Fermín Muñoz.