Marbella empezaba a convertirse en el cosmopolita enclave turístico de fama internacional que es hoy día cuando, en 1965 se inauguraba el campo de golf Río Real.  Una década antes, la familia Hohenlohe estrenaba su espléndido hotel Marbella Club, enclavado en la que luego se convertiría en la Milla de Oro, y comenzaron a llegar aristócratas europeos, estrellas de Hollywood y celebridades mundiales de todo tipo. El golf empezó entonces a aparecer tímidamente en Marbella y se crearon en aquella época algunos de los mejores campos de España.

Uno de ellos fue Río Real. Para su ejecución se contrató al que era y probablemente ha sido el mejor diseñador de campos de golf español de la historia: Javier Arana, nuestro Robert Trent Jones. Fue un pionero que aún, en muchos aspectos, no ha sido superado. Con una filosofía de diseño propia basada sobre todo en hacer disfrutar al jugador sin que perdiese el tiempo buscando bolas en zonas demasiado frondosas o cayendo en excesivos obstáculos de agua, hacia sus campos muy pegado al terreno, evitando los grandes movimientos de tierra, para ahorrar en la construcción por un lado y, por otro, porque consideraba que el ochenta por ciento de sus recorridos debían ser todo lo naturales que fuesen posible y solo un veinte por ciento modificados por las necesidades del diseño.

También es verdad que en la época que el construía había disponibilidad de terreno en abundancia para hacer campos de golf a su gusto sin necesidad de tener que plegarse a condicionamientos inmobiliarios o de otra índole.

En Marbella encontró el bilbaíno un gran filón para dejar su impronta. Aquí realizó tres de su obras maestras, tres campos que por si mismo podrían encumbrar a cualquier arquitecto de golf y hacerlo merecedor de pasar a la historia entre los mejores diseñadores de todos los tiempos.

Río Real, muy próximo al casco urbano de Marbella (a tres kilómetros), es una de sus joyas. Se encuentra en un lugar privilegiado, en un terreno con una suave pendiente que se desliza hasta el mar, del que hay  vistas desde muchos de sus hoyos. Sus calles enmarcadas por una magnífica y crecida arboleda cruzan cuatro veces el río que da nombre a este club.

El campo, par 72 de más de 6.000 metros de longitud, es un remanso de tranquilidad y un ejemplo de buen mantenimiento, con las calles cuidadosamente cortadas, los bunkers bien rastrillados y los greenes de primera clase. Río Real rezuma una madurez de la que sólo pueden presumir unos pocos campos en Andalucía.

Esta gran obra de Arana, y la renovación y modernización de la que ha sido objeto en los últimos años, han hecho de Rio Real  uno de los mejores campos de la Costa del Sol, apto para todos los niveles de hándicap y una auténtica delicia para jugar.

“Estamos en el grupo de los campos top de la Costa“, dice el director comercial del resort, Antonio Gómez Cava, “no sólo por los estándares de diseño y mantenimiento, sino también porque ofrecemos un servicio muy profesional y personalizado”.

En Río Real todo está orientado a hacer que el visitante se sienta muy bien acogido, y en ello es clave el personal del club. “Me gustaría resaltar”, enfatiza Gómez Cava, “la calidad humana y profesional de todo el equipo que trabaja en Río Real. Son los que realmente hacen grande al club gracias a su trabajo encomiable, son los que realmente generan valor a la empresa”.

“Aquí”, prosigue, ”tenemos un índice de satisfacción de los clientes muy alto; el feedback que estamos recibiendo es totalmente favorable, estamos teniendo comentarios muy positivos en medios y redes sociales, y todo ello es debido al gran trabajo de todo el personal, tanto en servicio como en el mantenimiento del campo”. A este respecto, destaca que el campo “está espectacular, como nunca ha estado, sobre todo por la gran inversión que se ha realizado y se está realizando; el cliente está encantado”.

Por otra parte, añade, “estamos haciendo una importante labor en todo lo relacionado con comunicación a través de redes sociales, nuevos vídeos corporativos y una reconceptualización de la marca Río Real para potenciar el concepto de resort”.

“También“, prosigue Gómez Cava, “hemos realizado una fuerte inversión en el aspecto tecnológico para  facilitar la usabilidad de nuestra web  (www.rioreal.com) a la hora de hacer reservas”. Al hilo de esto, recalca que “hemos implantado una novedosa modalidad de pago ‘en diferido’  a través de una TPV (pasarela de pago segura) virtual, gracias a la cual se facilita el momento de realizar el abono de la salida”.  El objetivo es que el cliente se sienta plenamente satisfecho durante toda su relación con Río Real.

Además del espléndido recorrido de 18 hoyos y la academia de golf dirigida por el prestigioso profesional Sergio de Céspedes, Río Real es un resort que cuenta con su propio hotel boutique, un establecimiento de cuatro estrellas superior –“con instalaciones de cinco estrellas”, apostilla  el director comercial del resort– que destaca por la amplitud, el confort elegante y la exquisita decoración de sus habitaciones, realizada por el famoso interiorista Pascua Ortega.

El hotel, anexo a la casa club y que tiene previsto aumentar su categoría a cinco estrellas, disfruta de unas bellas vistas al campo de golf, también divisadas desde la coqueta piscina, con servicio de bar y catering. Entre otros servicios, se ofrecen tratamientos de wellness, y otras instalaciones del complejo incluyen pistas de tenis y pádel. Próximamente, merced a un acuerdo suscrito con la empresa de servicios deportivos y fitness CDS Sports, se abrirá un gimnasio al que, además de los clientes del hotel, podrán acceder residentes en las urbanizaciones de alrededor y de toda Marbella.